Charles S. Peirce conoció personalmente a Augustus De Morgan en junio de 1870, cuando éste estaba gravemente enfermo. De Morgan moriría en Londres el 18 de marzo de 1871. Charles S. Peirce preparó este obituario para The Nation 12, 13 de abril y 20 de abril de 1871, 258 y 276 [CN 1.41-42].
El Profesor De Morgan nació en Madura, en el sur de la India, en junio de 1806, en una familia destacada en el servicio militar. Sin embargo, cabe suponer que su abuelo materno, que fue un profesor de matemáticas de cierta eminencia, predeterminó su carrera. En 1827, ganó en Cambridge el primer lugar en los tripos de matemáticas de ese año, pero se negó a suscribir las pruebas de religión necesarias para obtener ya sea el grado de Maestría, o una beca de la universidad. En 1828, aceptó la cátedra de matemáticas en la Universidad de Londres, los principios en los que se fundó esta institución estaban de acuerdo con su independencia religiosa; y abandonó este cargo en 1866 cuando, como él creía, en violación de esos principios, James Martineau fue rechazado para una cátedra en razón de sus opiniones teológicas. En el servicio a las compañías de seguros de Londres, “elevó la vocación de actuario a la dignidad de una profesión”, y fue casi hasta su último día el asesor confidencial de varias asociaciones. Sus Essay on Probabilities, Elements of Algebra, Formal Logic: or the Calculus of Inference Necessary and Probable, y Differential and Integral Calculus, se encuentran entre las obras que lo distinguen, pero que muestran una pequeña parte de su actividad intelectual. Fue un constante colaborador de diversas revistas, del Athenæum desde 1840, y no solo en temas matemáticos. Sus contribuciones a la Penny Cyclopædia de Knight constituyen una proporción considerable de la totalidad de la obra. “Pasó de un estudio arduo a otro por pura diversión”, pero encontró tiempo para adquirir un buen grado de destreza como artista instrumental, y fue un lector de novelas habitual y entusiasta, especialmente de novelas cómicas. Como matemático tuvo el raro mérito de no sobrestimar su ciencia favorita, si bien demostró con su Formal Logic que no era incompatible para un matemático ser también un lógico; y en conformidad con ello, fue uno de los partidarios más importantes que el Espiritualismo haya conquistado jamás. Un tratado suyo sobre estas manifestaciones, titulado From Matter to Spirit, fue escrito en 1863. Como escritor y maestro, fue una de las mentes más claras que enseñó jamás, mientras que sus modales cordiales y calurosos tanto en privado como en clase generaron un gran apego en todos los que entraron en contacto con él. Fue un hombre de costumbres, muy dado a aspirar rapé; y aquellos que lo han visto en la pizarra, mezclando tiza y rapé en proporciones iguales, no olvidarán pronto el aspecto singular que presentaba a menudo.
No es necesario pedir disculpas por añadir al bosquejo dado la semana pasada del difunto Profesor De Morgan algunas observaciones de carácter más crítico. Entre los matemáticos fue distinguido más por la amplitud de su lógica que por su habilidad analítica. Sus alumnos hablan de él con cálida admiración, pero se puede suponer que obtuvieron de él aún más la habilidad general en el razonamiento exacto que la potencia matemática específica. Sus libros de enseñanza elemental, que no son suficientemente conocidos, son excelentes, especialmente para los estudiantes que no tienen una inclinación natural hacia las matemáticas; y su trabajo en el cálculo es excepcionalmente completo, y sus demostraciones particularmente instructivas. De sus investigaciones, una de las más notables es su trabajo sobre el álgebra triple, que examina las consecuencias de determinadas definiciones de los símbolos de una manera muy similar a la de su lógica formal; pero para este tema difícil el análisis de De Morgan no fue lo suficientemente sutil, y sólo se puede decir de él que comenzó la investigación sin haber llegado a ningún resultado valioso. Sus mejores contribuciones fueron a la lógica matemática. En su controversia con Sir William Hamilton, en 1847, ambos contendientes lucharon en la oscuridad, porque el sistema de Hamilton nunca había sido publicado, y Hamilton nunca había examinado pacientemente el de De Morgan. Sin embargo, todos los puntos de ataque de Hamilton fueron totalmente refutados. Tras la publicación de la obra de Hamilton, De Morgan renovó la controversia con el Sr. Thomas Spencer Baynes, quien, después de una promesa incondicional de presentar la prueba de su posición, se vio obligado a abandonar el campo. Desde ese momento el una vez celebrado sistema de Hamilton cayó en el olvido, mientras que el de De Morgan alcanzó más y más respeto. En realidad, el sistema de Hamilton, como el de De Morgan, es matemático, pero es obra de una mente carente de formación matemática. Sería prematuro intentar decir cuál será el juicio definitivo sobre el sistema de De Morgan, pero al menos es posible predecir con confianza que la lógica de relativos, que fue el primero en investigar ampliamente, será reconocida como una parte de la lógica. La mejor exposición del sistema de De Morgan se encuentra en su Syllabus of a Proposed System of Logic, pero sus artículos cuarto y quinto sobre el silogismo son de fecha posterior. De Morgan fue un profundo estudioso de la historia de las ciencias a las que se dedicó. Escribió muchas notas biográficas de matemáticos en la Penny Cyclopædia y en la English Cyclopædia, así como una bibliografía de la aritmética. De hecho, la cantidad de sus escritos sobre diversos temas en las dos cyclopædias, en el Athenæum, en el Companion to the British Almanac, de diecisiete o más libros distintos, y en diversas revistas científicas, incluyendo el Journal of the Philological Society, es enorme, y es muy agradable de leer por su perspicacia, vigor de pensamiento, ingenio, y un cierto sabor peculiar de estilo. Las últimas cualidades se observan bien en su “Budget of Paradoxes”, publicado en el Athenæum.