Esta carta, fechada el 2 de septiembre de 1870, fue escrita por C. S. Peirce desde Constantinopla. Aunque carece de encabezamiento, todo hace pensar que se trata de una continuación de la carta que había escrito unos días antes a su esposa Melusina Fay. Peirce recoge sus impresiones sobre la ciudad de Constantinopla, donde el fenómeno del regateo y la multiplicidad de nacionalidades y razas habían llamado poderosamente su atención.
El original se conserva entre los Charles S. Peirce Papers en la Houghton Library (MS Am 1632, L 337) de la Universidad de Harvard. La reproducción digital de la carta ha sido hecha a partir de la fotocopia disponible en el Peirce Edition Project.
Este es un lugar de aspecto muy distinto. Por todas partes hay ante mis ojos una marea tal de completa novedad que no tengo tiempo para acostumbrarme a ella, ni siquiera el suficiente como para describirla. ¿Por dónde empezaré? Los habitantes son principalmente turcos, griegos, armenios, judíos y francos1. Los periódicos se publican en turco, griego, francés, inglés, hebreo y armenio. Cinco alfabetos diferentes. Hay también muchos negros, persas, árabes, etc. Y he visto aquí gente de la India y de Birmania. Los trajes son por tanto muy variados y, como muchas de las calles están tan completamente atestadas de paseantes como las aceras de cualquier calle de Nueva York, el efecto es muy chocante. Los rusos también tienen aquí su traje particular y por supuesto hay toda clase de sacerdotes con trajes distintos a los del resto de sus propias nacionalidades, y hay muchos uniformes turcos diferentes.
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La gente que vive aquí distingue siempre las
fisonomías de turcos, griegos, armenios, persas, árabes,
etc., pero yo no lo hago con certeza. El vestido de las mujeres turcas
por la calle es muy decoroso y modesto. Los velos de las señoras
son siempre muy finos y uno puede ver sus rasgos prestando un poco de
atención. Unas pocas mujeres son extremadamente guapas, pero en
general no me lo parecen. Algunas de ellas también parecen inteligentes,
pero esto resulta sorprendente. Algunas de las mujeres del campo cubren
sus rostros con un velo grueso. La condición psicológica
de las mujeres debe ser interesante, especialmente en tanto que parecen
tener poco que ver con la religión. Sospecho que están bastante
cercanas a los animales2. El bazar
es muy entretenido. Es un lugar grande que tiene muchas calles, una ciudad
perfecta de pequeñas tiendas –todas bajo un mismo techo.
Cuando deseas comprar algo, apartas todo lo que quieres, generalmente
después de haber mirado todo el contenido de la tienda, y preguntas
el precio. Cuando preguntas, te invitan a sentarte si todavía no
lo has hecho y te traen una taza de café y un cigarrillo. Expresas
el mayor asombro ante el precio que el hombre
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anuncia,
no de forma ofensiva sino como si ¡ay! encontraras que está
mucho más allá de tus posibilidades. Después de esto
una larga discusión de la calidad de los bienes y finalmente ofreces
quizás un tercio de lo que había pedido. Esto es por supuesto
rechazado y te marchas. Mientras te vas, él ofrece probablemente
una suma menor pero la rechazas y te marchas. Después de una hora
o así envías a un mensajero con una pequeña mejora
de tu precio original. Probablemente eso también sea rechazado.
Entonces esperas hasta el día siguiente, cuando vuelves otra vez
y tienes una larga charla, quizá de un par de horas o así.
Dicen que nada que cueste más de un napoleón de oro debería
comprarse en menos de tres días. Por dar un ejemplo, ayer fui a
ver la mezquita
de Suleimán,
una de las más bellas.
Después de quitarme los zapatos pregunté cuánta propina
quería el hombre. Quería 22 piastras o 1.10 dólares.
Inmediatamente me puse mis zapatos y me alejé y dije que era una
gran sorpresa para mí (sé que mucha gente paga eso en cada
mezquita). Después de un rato volví a otra puerta y encontré
al mismo empleado observándome, y entonces sugerí que estaría
dipuesto a dar 11 piastras, y él aceptó. Justo la mitad.
Puedes |
conseguir
cualquier cosa por entre 1/5 y 2/3 de lo que la gente pide. Imagino que
la gente que entiende bien la cuestión da de promedio alrededor
de 1/3. Me resultó muy difícil conseguir un buen baño
turco. Suponen que un europeo no sabe nada de eso y le despachan con la
mitad de él. Hoy, el tercer intento, conseguí uno bueno.
Muy placentero. Los turcos son gente agradable, honesta, limpia, decente
y digna, pero sus vicios son tan diferentes de los nuestros que nos despreciamos
mutuamente como tipos repugnantes y viciosos. Conocí en el hotel
a dos ingleses que habían viajado a Siria y que sabían árabe3.
Uno de ellos, en efecto, comprendía la mayor parte de las cosas
dichas en turco, sabía también muy bien persa y bastante
hindi. Hablaba el árabe tan bien como el inglés y mucho
mejor que nadie aquí y ¡hablaba inglés con acento
árabe! Ahora bien, como el árabe no suena como nada humano
es un acento peculiar. Me hice muy amigo de esos caballeros y andando
con ellos de un sitio para otro durante dos días pude ver muy bien
algunas cosas. Por supuesto conocían a fondo todo sobre las mezquitas,
etc. Me animaron mucho a ir a Inglaterra en mi camino de vuelta y a visitar
a uno de ellos en Cambridge. Dijo "ahora quiero decir
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exactamente
lo que digo, y no es una cuestión meramente formal cuando digo
que mi casa es suya. Puedo darle habitación y comida mientras esté
allí". Este caballero tiene la perspectiva de ser profesor
de árabe en Cambridge y tuve una conversación muy interesante
con él acerca del sufismo
y de la adoración del Sol, etc. sobre la que pienso que debo escribir
a Perry4.
Me resultó un hombre muy interesante y prometió enviarme
un libro que había escrito5 y todo
lo que escriba de aquí en adelante. Estos caballeros tenían
un gran respeto por el mahometanismo y uno de ellos se acaloró
bastante cuando alguien habló mal de las danzas derviches.
El que acabo de mencionar (Mr.
Palmer) siempre solía orientarse hacia la Meca
en las mezquitas y decir una oración en árabe. Cuando estaban
en Siria
viajaban con el traje nativo, y lo que no soportarían y a lo que
no estaban acostumbrados sería a ser considerados como "perros
infieles", como los cristianos lo son en Constantinopla. Fui con
ellos a la mezquita
de Santa Sofía6 []
y cuando estábamos caminando en calcetines a través del
vestíbulo
el hombre pidió ver nuestro billete [?] o pase para entrar, lo
que era otra manera de decir que quería su propina. |
y
fascinante en el que he estado hasta ahora. Mañana salgo para Volos,
no Salónica,
y llego a Volos el siguiente viernes, 6 días para llegar
allí. Una vez allí comienzan mis dificultades. No puedo
imaginar qué voy a hacer o cómo me las voy a arreglar. Tengo
treinta millas más para llegar a Larisa7.
No puedo hablar ninguna lengua que haya alguna posibilidad de escuchar,
no sé cabalgar y es la única manera de ir, el clima no es
todavía demasiado saludable allí, de modo que puedo sufrir
una fiebre, y no puedo salir de Volos durante una quincena después
de llegar allí. No hay agente consular ni nadie en Volos para ayudarme.
Temo que esa quincena será bastante desagradable. Tendré
que comprar una silla, cinchas y un par de revólveres Colt, y tomar
quinina todo el camino.
Sin embargo, considerando cuánto placer he tenido, debería
estar dispuesto a aguantar una quincena penosa. El tiempo en Constantinopla
ha sido lo que llamo fresco, aunque creo que no ha sido considerado así,
y algunos días demasiado frescos para tener las ventanas abiertas.
Aquí he cogido frío en la cabeza. Es posible que en Volos
escuche noticias tales de Larisa |
o
del viaje que abandone, pero pienso que es extremadamente improbable.
El barco parará en Volos durante ocho horas de modo que tendré
tiempo para algún reconocimiento. Lamento inmensamente no saber
francés, pues puedo encontrar gente allí que lo hable. Aquí
en el hotel hay algunos caballeros birmanos
que he conocido. Son budistas y la pasada noche tuve una conversación
con uno de ellos acerca de religión, del nirvana,
etc. Constantinopla es un terrible agujero de estafadores.
Lo francés está en un estado de decadencia que se debería considerar y se hundirá en la insignificancia y París saldrá de sus manos en 50 años. No tengo tiempo para terminar esto. Dile a tía Lizzie que he estado queriendo escribirle pero que estoy en tal torbellino todo el tiempo que no consigo de ninguna manera poner mis pensamientos en orden. Dale mi cariño particularmente a la abuela Mills y en general a todos. |
1. Era frecuente a finales del siglo XIX denominar "francos" a los europeos occidentales en el Mediterráneo oriental, independientemente de su país de origen. [Fuente: Wikipedia].
2. Este comentario tan peyorativo hacia las mujeres turcas pretende ilustrar su situación de ignorancia y sometimiento: escrito a su esposa, feminista militante, es quizás una manera de apoyar su actuación pública. Aquellas mujeres turcas, aunque llevaban símbolos religiosos en su vestuario, ni siquiera parecían ser conscientes de su significado religioso.
3. Se trata de Charles Drake y de Edward H. Palmer (1840-1882) [Fuente: Max Fisch]. Palmer fue un conocido autor sobre misticismo oriental. En 1871 sería nombrado Lord Almoner's Professor de árabe en Cambridge. Fue asesinado en Wady Sudr, el 11 de agosto de 1882 [Fuente: Encyclopedia Britannica 1911]
4.
Se refiere probablemente a Thomas Sergeant Perry (1845-1928), crítico
literario y editor de la North American Review, amigo de la infancia
de Henry y William
James y también de Benjie y Jem M. Peirce con quienes convivió
en París en 1867. [Cf. W. Harlow, Thomas Sergeant Perry: A Biography,
Duke University Press, Durham, N.C., 1950, P. 26]. Su esposa fue Lilla
Cabot que pintó un retrato
suyo.
5. Se trata muy probablemente de Oriental Mysticism. A Treatise on the Sufistic and Unitarian Theosophy of the Persians, Compiled from Native Sources, by E. H. Palmer, Cambridge, Deighton, Bell, 1867.
6. Cuando Peirce visitó Santa Sofía era una mezquita. Fue utilizada como iglesia católica durante 916 años, desde su construcción en el 537 hasta la conquista de Bizancio en 1453. Desde esa fecha hasta 1934, durante 481 años, se utilizó como mezquita. Después de una restauración completa, en febrero de 1935, fue inaugurada como museo.
7. Larisa era probablemente el primer lugar dentro del recorrido de totalidad del eclipse que Benjamin Peirce debió de indicar a su hijo Charles que visitara. De hecho, las últimas líneas del informe oficial de Benjamin Peirce acerca de la observación del eclipse solar del 22 de diciembre de 1870, estarán dedicadas a Larisa y Volos: "Aprovecho esta oportunidad para mencionar la amabilidad de Henry Suter, esq., vice-cónsul de Su Británica Majestad en Larisa y Volos, quien, cuando se consideraba enviar una partida a Larisa, otorgó todas las facilidades para la prosecución de las investigaciones, y estaba dispuesto a ayudar todavía más si se hubiera decidido establecer una estación [de observación] cerca de aquella ciudad". [Fuente: "Appendix No. 16ª. Report on the Eclipse of the Sun on the 22d of December, 1870, by Benjamin Peirce, LL.D., Superintendent United States Coast Survey", Report of the Superintendent of the United States Coast Survey Showing the Progress during the Year 1870, Washington, Government Printing Office, 1873, p. 232.]
Traducción de Sara Barrena (2008)
Una de las ventajas de los textos en formato electrónico respecto de los textos impresos es que pueden corregirse con gran facilidad mediante la colaboración activa de los lectores que adviertan erratas, errores o simplemente mejores traducciones. En este sentido agradeceríamos que se enviaran todas las sugerencias y correcciones a sbarrena@unav.es
Proyecto de investigación "La correspondencia europea de C. S. Peirce: creatividad y cooperación científica (Universidad de Navarra 2007-09)
Fecha del documento: 27 de mayo 2008
Última actualización: 23 de agosto 2022