LECCIONES DE LÓGICA PRÁCTICA


Charles S. Peirce (1869-1870)


Traducción castellana de María Leonor Tama (2003)


Los editores de los Writings de Peirce han reunido en el volumen W 2, 348-358 los manuscritos catalogados por Robin con los números 697 y 695 que llevan por título respectivamente "Lessons in Practical Logic" y "A Practical Treatise on Logic and Methodology". Corresponden ambos al invierno 1869-70 y consisten en diversos intentos de organizar un tratado de lógica práctica, pero ninguno de ellos va más allá de unas pocas páginas.




El objetivo de este curso es enseñar algo sobre el arte de investigar la verdad. Realmente no tiene importancia si esa es o no una definición apropiada de la lógica. Esa es una mera cuestión de palabras; pero los hombres que no han estudiado lógica con detenimiento son tan dados a confundir cuestiones de palabras con cuestiones de hecho -tanto considerando las discusiones verbales como discusiones reales y las discusiones reales como meramente verbales-, que haré bien en decir unas cuantas palabras en defensa del título que he puesto a este curso de lecciones. Además, tengo quizás el deber de mostrar que la materia con la que se debe relacionar esta enseñanza es la misma que la anunciada.

Ahora bien, si examinas la lógica de Hamilton, o cualquier lógica que sea un resultado inmediato del kantismo puro como la suya (no en su sistema peculiar, sino en los cursos en los su sistema no aparecía tal como sería desarrollado más tarde) encontrarás la lógica definida como la Ciencia del Pensamiento como Pensamiento o algo por el estilo. Esta es una concepción de la materia totalmente diferente de la que yo parto. Toma por ejemplo la admirable Prolegomena Logica del señor Mansel, donde se desarrolla la concepción kantiana de Lógica de una manera más consistente y hermosa.


Consecuencias


Nota. La investigación de las consecuencias constituye la Lógica. Todos los asuntos de Psicología son por tanto generalmente irrelevantes para la ciencia de la lógica, aunque podrían, sin duda, ser de importancia en relación con tipos particulares de consecuencias, cuando un hecho psicológico esté implícita o explícitamente implicado en el antecedente.

Las consecuencias se pueden dividir en primera instancia en materiales y formales. Si el hecho que se expresa en el consecuente es el mismo que el expresado en el antecedente o es una parte de él, entonces la consecuencia es una expresión vacía y carente de significado a menos que las formas de expresión del antecedente y del consecuente difieran, en cuyo caso la consecuencia es la aseveración de un hecho concerniente a la relación de estas formas de expresión. A una consecuencia así se le llama formal; pero si expresa un hecho concerniente a los contenidos en cuestión y no meramente concerniente a la expresión de los mismos se denomina material.

Esto esta vacío, es un tipo particular de sinsentido. No es absurdo. No carece de sentido en su construcción gramatical ni en sus términos, pero no dice nada.

Toma esto como ejemplo:
Esto es una consecuencia formal. El significado del consecuente está contenido en el significado del antecedente.
Todas estas son consecuencias formales.

La siguiente es una consecuencia material:

Pues si un hombre descubriese el Elixir de la Vida no por eso cesaría de ser un hombre.

Esta distinción entre consecuencias formales y materiales es una de las más importantes prácticamente de todo el ámbito de la Lógica.




Un tratado práctico de Lógica y Metodología

pantex anqrvpoi ton eidenai oregontai furei

Capítulo I. Del tema de este libro

La lógica o dialéctica (pues estos dos términos han sido usados frecuentemente como sinónimos) ha sido definida de muy diferentes maneras. En efecto, la definición que un lógico dé de su ciencia indicará habitualmente a qué escuela pertenece. Algunas de estas variaciones surgen de las diferentes maneras en que las ciencias han sido clasificadas sin implicar ninguna diferencia en el contenido de la lógica o en el método de tratarla; ya que una definición usualmente refiere la palabra o cosa definida a una clase, el desacuerdo concerniente a la clasificación resultará en un desacuerdo concerniente a las definiciones. Otras variaciones han surgido de opiniones diferentes respecto al método con el que la Lógica debería ser investigada. Pero también hay una gran diversidad de opiniones sobre lo que debería o no debería tratarse en un libro sobre lógica.

Es un hecho histórico que la lógica se originó en un intento de descubrir un método de investigar la verdad. Por otra parte, las doctrinas de la lógica, tal como existen, se centran en las formas de inferencia. Sebastianus Contus ha observado agudamente que aunque Escoto y su escuela afirmen que consideran la lógica como una ciencia puramente especulativa, sin embargo en todo el método que utilizan para tratarla, muestran que realmente la consideran desde un punto de vista práctico; y lo mismo puede decirse de la mayoría de los otros escritores que la definen como una ciencia puramente especulativa. En conjunto, por tanto no podemos despreciar completamente la definición con la que Pedro Hispano abre su célebre Summulae, la obra clásica sobre lógica de la edad media, "Dialectica est ars artium scientia scientiarum, ad omnium methodorum principia viam habens. Sola enim dialectica proba biliter disputat de principiis omnium aliarum scientiarum". En resumen, podemos afirmar que es un hecho histórico que la lógica ha sido esencialmente la ciencia de la estructura de los argumentos, por la que podemos distinguir los buenos argumentos de los malos, podemos estimar el valor de un argumento, podemos determinar bajo qué condiciones es válido, cómo debe ser modificado, y qué puede inferirse de un determinado estado de hechos.



Reglas para la Investigación


Capítulo I

Todos los hombres desean por naturaleza saber. Este libro pretende atender primeramente esta pasión y en segundo lugar a todos los intereses a los que el conocimiento favorece.

Aquí se encontrarán máximas para estimar la validez y la fuerza de los argumentos, y para decidir qué hechos deberían examinarse en la investigación de una cuestión.

Para que el estudiante pueda obtener una destreza real en el arte de pensar, es necesario que las razones para estas máximas le resulten claras, y que las propias máximas estén tejidas en un código armónico de forma que sean fácilmente comprendidas por la mente.

Lógica o dialéctica es el nombre de la ciencia de la que se obtienen esas reglas. El correcto razonamiento fue obviamente el propósito de Aristóteles en todos los libros del Organon exceptuando tal vez el primero, tal como lo era también de los Estoicos, los Abogados, los sumulistas medievales, y los modernos estudiantes del razonamiento Inductivo, en sus añadidos a la Lógica. "Dialectica", dice del tema el tratado más celebrado en la edad media, "est ars artium scientia scientiarum, ad omnium methodorum principia viam habens. Sola enim dialectica proba biliter disputat de principiis omnium aliarum scientiarum".

Ejercicio 1. Que el estudiante escriba aquí una buena discusión sobre la cuestión de si los principios del razonamiento correcto pueden ser investigados. Parecería que esos principios deben ser conocidos antes de que pueda hacerse una investigación. Al escribir este ejercicio el primer objetivo al que debe apuntarse es la precisión de pensamiento y el siguiente la precisión en el orden de las afirmaciones. Todo adorno es inadmisible.

Una ciencia por la que se prueban las cosas es necesariamente una ciencia clasificatoria. Así, todo sistema de análisis químico cualitativo consiste en una clasificación de las sustancias químicas. De acuerdo con esto, lo que tenemos que estudiar en primer lugar es la clasificación de las inferencias. Igual que hay varios sistemas diferentes de análisis cualitativo basado en diferentes clasificaciones de las sustancias químicas, pero todos son válidos, así hay diferentes sistemas de lógica válidos basados en diferentes clasificaciones de las inferencias. El razonador experto debe estar familiarizado con más de uno de estos sistemas.


Capítulo 2

Después de que una cuestión ha sido iniciada, las opiniones pueden diferir por un tiempo. Si un curso de experiencia y razonamiento suficientemente largos produce un acuerdo de opiniones, esta opinión final es la única meta legítima de la experiencia y el razonamiento. Ya que esto es a lo que realmente tienden la experiencia y el razonamiento. Si la experiencia y el razonamiento no llevan a un acuerdo final de opinión, no llevan a nada, y no pueden tener un objetivo legítimo. En cualquier caso, por tanto, la única meta legítima de la experiencia y el razonamiento es alcanzar la opinión final o, en otras palabras, determinar cuál sería el resultado último de una experiencia y razonamiento suficientes. Pero, no hay razón para pensar que haya alguna opinión posible que una observación y razonamiento suficientes no pudieran cambiar; por eso, no se puede apuntar a una opinión absolutamente final. Pero en un punto del tiempo suficientemente avanzado, debe haber alguna opinión concerniente al futuro acuerdo de opinión, que resultará del razonamiento apropiado respecto a toda la experiencia que los hombres han tenido hasta el momento. Pero si en ese momento no se ha tenido ninguna experiencia de eso a lo que se refiere la cuestión, la inferencia es que no habrá ninguna. Si se ha tenido alguna experiencia relativa a ella, el razonamiento será capaz, por la naturaleza de sus reglas, de sacar alguna inferencia de ello, -ya sea con mayor o menor seguridad. En un momento suficientemente avanzado, por tanto, habrá una opinión a partir de todos los hechos observados y de acuerdo con un razonamiento correcto, que debe prevalecer.



Lógica Práctica


Capítulo I

"Todos los hombres desean por naturaleza saber". Este libro pretende atender primeramente esta pasión y en segundo lugar a todos los intereses a los que el conocimiento favorece.

Aquí se encontrarán máximas para estimar la validez y la fuerza de los argumentos, y para decidir qué hechos deberían examinarse en la investigación de una cuestión.

Para que el estudiante pueda obtener una destreza real en el arte de pensar, es necesario que las razones para estas máximas le resulten claras, y que las propias máximas estén tejidas en un código armónico de forma que sean fácilmente comprendidas por la mente.

Lógica o dialéctica es el nombre de la ciencia de la que se obtienen estas reglas. Como el razonamiento correcto ha sido evidentemente el objeto de investigación para Aristóteles en todos los libros del Organon exceptuando tal vez el primero, como lo era también de los Estoicos, de los Abogados, de los Sumulistas medievales, y de los estudiantes modernos de la Inducción, en los añadidos que han hecho a las doctrinas del Estagirita. "Dialéctica", dice la más celebrada lógica medieval, "est ars artium scientia scientiarum, ad omnium methodorum principia viam habens. Sola enim dialectica probabiliter disputat de principiis omnium aliarum scientiarum".

Ejercicio 1. Que el estudiante escriba una discusión imparcial de la cuestión de si pueden investigarse los principios del razonamiento correcto. Porque podría parecer que estos principios deben conocerse antes de que pueda realizarse cualquier investigación. En este escrito que la precisión del pensamiento sea el primer objetivo, y el siguiente la precisión en el orden de la discusión. No se permita ningún adorno de estilo.

Una ciencia por la que las cosas se prueban es necesariamente una ciencia clasificatoria. Así, todo sistema de análisis químico cualitativo consiste en una clasificación de las sustancias químicas. De acuerdo con esto, tenemos que estudiar en primer lugar la clasificación de inferencias. Así como hay varios sistemas diferentes de análisis cualitativo, -como el análisis ordinario mediante hidrógeno sulfurado, el análisis de pipetas y el análisis de carbonato de baritina-, basados en diferentes clasificaciones de las sustancias químicas, pero todos válidos, así hay diferentes sistemas de lógica válidos, basados en diferentes clasificaciones de las inferencias. El razonador experto hará bien en estar familiarizado con más de uno de tales sistemas.


Capítulo 2

Primero de todo, el estudiante debe adquirir una concepción perfectamente definida de la verdadera función del razonamiento.

El siguiente axioma no requiere comentario, más allá de la observación de que a menudo parece olvidarse. Donde no hay una duda real o un desacuerdo no hay cuestión y no puede haber una investigación real.

Se debe dedicar algo más de pensamiento al siguiente punto. Cualquier indagación útil debe llevar a una conclusión definida. Un método de investigación que lleve a distintos hombres a resultados diferentes sin que tienda a llevarlos a un acuerdo sería autodestructivo e inútil. Pero si en un tiempo suficientemente largo se puede llegar a un acuerdo de opiniones, esta concordancia (aun si una exploración ulterior la altera) es todo a lo que tiende realmente la investigación y por tanto su único fin alcanzable. La única meta legítima del razonamiento, entonces, es averiguar qué acuerdo se alcanzaría si la cuestión fuera suficientemente aireada. A esto se puede objetar, primero, que el objetivo primario de una investigación es averiguar la verdad misma y no las opiniones que puedan surgir bajo circunstancias particulares, y, segundo, que mi objetivo en una investigación es más la resolución de mi propia duda que la producción de unanimidad entre los demás. Indudablemente, lo que buscamos en una investigación se llama verdad, pero es tan difícil decir qué concepción distintiva debe atribuirse a esta palabra, que parece mejor describir el objetivo de una investigación por un carácter que ciertamente pertenece a eso y solo a eso, y que no tiene nada misterioso o vago. De la misma manera, puede admitirse que una investigación genuina se emprende para resolver las dudas del investigador. Pero obsérvese esto: Ningún hombre sensible estará vacío de duda mientras personas tan competentes como él para juzgar difieran de él en opinión. Por tanto, resolver sus propias dudas es llegar a aquella posición a la que una investigación suficiente llevaría a todos los hombres.

Para obtener ese acuerdo unánime, -esta confesión católica- se han seguido dos planes.

El primero, el más simple y más habitual, es adherirse pertinazmente a alguna opinión e intentar unir a todos los hombres en ella. Los medios para llevar a los hombres a estar de acuerdo con tal opinión fijada son una organización eficiente de hombres que se dediquen a propagarla, trabajando sobre las pasiones de la humanidad, y obteniendo una ascendencia sobre ellos manteniéndoles en la ignorancia. Para guardarlos de toda tentación de abandonar su opinión, un hombre debe ser cuidadoso con lo que lee y debe aprender a considerar su creencia como sagrada, a indignarse ante cualquier cuestionamiento sobre ella, y especialmente a considerar los sentidos como los medios principales por los que Satán consigue acceso al alma y como órganos que han de ser constantemente mortificados, recelados y despreciados. Así con una determinación inquebrantable de apartarse de toda influencia externa a la sociedad de los que piensan como él, un hombre puede enraizar// sus opiniones/su fe// en sí mismo inalterablemente; y un cuerpo considerable de tales hombres, dedicando todas sus energías a la difusión de sus doctrinas, puede producir un gran efecto bajo circunstancias favorables. De ellos y sus seguidores puede decirse realmente que no son de este mundo. Sus acciones serán muchas veces inexplicables para el resto de la humanidad, ya que viven en un mundo que ellos llamarán espiritual y otros llamarán imaginario, con referencia al cual sus opiniones son con certeza perfectamente verdaderas. La creencia de uno de estos hombres, aunque tal vez resulte en gran medida de la fuerza de las circunstancias, se reforzará también por un esfuerzo directo de la voluntad, y por eso él debería de considerar consistentemente como de mala fe y perverso que se permita formar una opinión propia, independientemente de lo que uno desee creer, por ese juego del Sentido que el Diablo pone en su camino.

Este método (que podemos denominar el método Divino, Espiritual o Celestial) no sirve al propósito de los Hijos de Este Mundo, ya que el mundo en el que están interesados tiene esta peculiaridad: que las cosas no son simplemente como elegimos pensarlas. Consecuentemente, el acuerdo de aquellos cuya creencia está determinada por un esfuerzo directo de la voluntad, no es la unanimidad que buscan estas personas.



Capítulo 2


Primero de todo, el estudiante debe adquirir una concepción perfectamente definida de la verdadera función del razonamiento.

MÁXIMA I. Donde no hay duda real no puede haber investigación real. Esto parece ser suficientemente obvio, y es difícil encontrar una verdad más clara para ilustrarlo. Aun así se olvida frecuentemente. Por ejemplo, el método Cartesiano de filosofar es comenzar por un estado de duda filosófica y requiere que dejemos a un lado todas nuestras creencias y comencemos todo el proceso de inferencia de nuevo. Pero, nunca habrían existido los Cartesianos en el mundo si se hubiera entendido que esta duda filosófica debe ser una duda genuina, y si los estudiosos hubiesen tenido un adecuado conocimiento de sí mismos. Es simplemente imposible tener una duda no fingida de que el fuego quema, -y una que resista a unos pocos experimentos-, a menos que uno sea incapaz de razonar.

MÁXIMA II. Lo que es cuestionado por personas instruidas no es seguro. Si dos hombres piensan diferente cualquiera puede tener razón; y que uno de ellos sea Yo no tiene importancia porque cada uno está en primera persona para sí mismo. Si una demostración parece perfectamente conclusiva para una persona y no es así para otra, puede ser que haya alguna falacia en ella. Sin embargo, las opiniones de la mayoría de personas sobre la mayoría de temas se pueden pasar por alto completamente. El juicio de un niño sobre los motivos de un amante debería tener el mismo peso contra el de una persona adulta que el juicio de una persona normal de inteligencia contra el de un hombre capacitado por inclinación natural, entrenamiento intenso, y vasta experiencia, para juzgar un asunto. La creencia en el derecho a una opinión privada, que es la esencia del protestantismo, es llevada a excesos ridículos en nuestra comunidad. Algunos años atrás, se inventó un instrumento llamado el Cuadrante de Hedgecock, mediante la observación de una vela con la que, de la misma manera que los cuerpos celestes se observan con un cuadrante ordinario, se pretendía que podía averiguarse la latitud y longitud. La mayoría de los periódicos y varios dueños de embarcaciones creyeron que era un invento valioso; pero los físicos no quisieron escuchar sus argumentos. En general se pensó que esto estaba muy mal, pero el tiempo los ha justificado.

Por otra parte, sería una locura por mi parte no dudar lo que dudan hombres tan capaces como yo de llegar una conclusión correcta. Que Agassiz no atribuyera ningún peso a la opinión de Darwin o que Darwin no atribuyera ningún peso a la de Agassiz, mostraría una estrechez de mente fatal para la sobria investigación de la verdad. Ninguna proposición autoevidente está más temerariamente desatendida que esta segunda máxima. Frecuentemente escuchamos términos como indudable aplicado a proposiciones que en realidad son dudadas por una gran proporción de expertos; y tal lenguaje ciertamente muestra gran intemperancia y falta de disciplina en aquel que lo utiliza.

MÁXIMA III. El objetivo del razonamiento es resolver las cuestiones. Si alguien objeta a esto que el objetivo del razonamiento es más bien averiguar la verdad en lugar de conseguir paz entre los disputantes, estoy completamente de acuerdo con él. Deseamos averiguar la verdad, pero ¿qué es la verdad? Esta es una pregunta indispensable si definimos así la función de la razón, sin embargo nos sumergiría de inmediato dentro de un mar de metafísica del que no podríamos esperar emerger pronto. Las opiniones sobre este tema son varias, y por eso es incierto qué sea la verdad. No es probable que nosotros podamos reconciliar esas opiniones cuando muchos hombres más grandes han fallado, y por tanto no podemos obtener una respuesta certera a esta pregunta. Por tal método, entonces, no podemos llegar a una concepción clara y fiable del fin del razonamiento. Permítasenos entonces evitar esta idea de la verdad mientras podamos y mantengámonos en el terreno de aquellas nociones cotidianas y concretas sobre las que no puede haber misterio ni vaguedad.

Cualquier investigación útil debe llevar a una conclusión definida, pues un método de investigación que llevara a distintos hombres a resultados diferentes sin que tienda a llevarlos a un acuerdo sería autodestructivo e inútil. Consecuentemente, el razonamiento conducido correctamente tiende a producir un acuerdo entre los hombres, y una vez despejada la duda debe cesar la investigación. Nuestra máxima, entonces, define en algún grado al menos el fin del razonamiento; es decir, sirve para excluir una parte de esas cosas que son inconsistentes con el verdadero fin. Debemos ver ahora lo que necesita añadirse a esta regla.

Esta es una máxima que se olvida constantemente. Algunas personas parecen pensar que el principal uso del poder del razonamiento es su propio ejercicio. Y así hacen que el objetivo del proceso sea mantener una disputa en lugar de llevarla a su fin. La mejor cura para tal espíritu de disputa es la constante aplicación práctica de la razón donde sus inferencias serán rápidamente probadas, y especialmente el estudio de las ciencias naturales. De acuerdo con mi observación no hay ni uno de cada doscientos de nuestros graduados que tenga una fuerza intelectual que escape de esta maldita enfermedad que siempre ha infectado las escuelas. Y, por eso, en mi opinión lo primero que tiene que hacer un graduado es ponerse bajo el cuidado de un profesor de primera clase en una ciencia de observación.

MÁXIMA IV. Las cosas no son simplemente como elegimos pensarlas.






Fin de: "Lecciones de Lógica Práctica". Traducción castellana de Leonor Tama, 2003. Original en: W 2, 348-58.

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Fecha del documento: 24 de febrero 2003
Última actualización: 24 de febrero 2011


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