Recensión de W. Stanley Jevons, Studies in Deductive Logic, Macmillan, Londres y Nueva York, 1880. Publicada en The Nation el 31 de marzo de 1881, págs 63-64. Fuente original: Contributions to “The Nation”, L. Ketner y J. E. Cook (eds.), Texas Tech Press, Lubbock.
Hace unos cuarenta años, los dos matemáticos, De Morgan y Boole,
comenzaron una reforma de la lógica formal. Sus investigaciones fueron
continuadas en diferentes países por un grupo de pensadores brillantes
(entre ellos el señor Jevons) y el trabajo está hoy tan avanzado
que la nueva lógica comienza a ganar su lugar en el currículo
de las universidades, mientras muchas personas han imaginado que se debía
buscar algún poder casi mágico de llegar a conclusiones a partir
de premisas y que la lógica resultaría tan fértil en nuevos
descubrimientos como lo era la matemática. Con respecto a dichas esperanzas,
el profesor Sylvester dice: "Me resulta absurdo suponer que exista algo
en la ciencia de la lógica pura que se asemeje a los procesos heurísticos
de la ciencia de la matemática, que son infinitamente desarrollables
e inagotables". "Ante tal comentario", replica en el prólogo
el autor del libro que se reseña aquí, "este volumen es quizás
la mejor respuesta posible". Nunca se tuvo una pretensión tan exagerada.
El libro es un manual práctico de ejercicios de lógica elemental,
teñido de los peculiares puntos de vista del autor, que provocará
diferentes opiniones, pero, que es por lo menos lo suficientemente sólido
como para ser útil en el aula. Pero si el profesor Jevons se introdujera
al menos un poco en el mundo heurístico de los matemáticos –incursión
muy valiosa para un lógico–, y se enterara de qué descubrimientos
se realizan todos los meses y qué impronta debe tener una proposición
para ser considerada realmente nueva en este campo, sería de esperar
que sintiera algo distinto a la auto-satisfacción al recordar que en
este pequeño volumen no ha establecido nada digno de compararse con los
triunfos de un Sylvester. La lógica, inductiva y deductiva, es una disciplina
importante, probablemente más importante que la matemática superior,
del mismo modo que la tabla de multiplicar es más importante que el cálculo,
pero son muy, pero muy pocos, los nuevos problemas que se han resuelto alguna
vez mediante una aplicación regular de algún sistema de lógica.
La parte de la lógica que mejor puede competir con la matemática
en el descubrimiento de nuevas verdades es la complicada teoría de los
términos relativos. Pero aun en este caso, la comparación entre
lo que es sólo una rama de la matemática y todo el cuerpo completo
de la matemática sería muy desigual. La resolución de problemas
solía considerarse la gloria y la piedra de toque del matemático;
en nuestra época, en cambio, se persigue el descubrimiento de métodos
y quizás podríamos dirigirnos al lógico para que genere
un método para descubrir métodos. Pero en realidad, las principales
ventajas que debemos esperar de los estudios lógicos son, en primer lugar,
esclarecimientos nítidos del razonamiento, que sentimos que es convincente
sin saber exactamente dónde reside la refutación (como por ejemplo,
el razonamiento de geometría elemental) y en segundo lugar, una perspectiva
amplia y filosófica que abarque diversas ciencias, mediante la que se
nos haga ver cómo los métodos utilizados en una ciencia pueden
aplicarse en otra. Tales son realmente las principales ventajas de los nuevos
sistemas de lógica formal, mucho más que cualquier medio que dichos
sistemas ofrezcan para llegar a conclusiones difíciles. Resulta evidente
que para que la lógica pueda llevar a cabo algún progreso fructífero
en el futuro, debemos empezar por establecer algunas nociones más o menos
precisas acerca de qué tipo de ventajas vamos a buscar.
Fin de: "Recensión de Studies in Deductive Logic de W. Stanley Jevons". Traducción castellana de María Fernanda Benitti, 2006. Original en: Contributions to “The Nation”, L. Ketner y J. E. Cook (eds.), Texas Tech Press, Lubbock, 1975-79, 1.63-64.
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Fecha del documento: 11 de diciembre 2006
Ultima actualización: 21 de febrero 2011