CARTA A WILLIAM JAMES


Charles S. Peirce (13.06.07)

Traducción castellana de Eduardo J. Prieto (1973)



Cambridge, MA
13 de junio de 1907

Mi queridísimo William:

(...) Acabo de recibir en este momento tu libro, El pragmatismo. Miré en seguida el índice y busqué Peirce, C. Santiago S. Encontré una formulación de mis propios pensamientos, que yo puedo apreciar, pues he estado trabajando y abriéndome penosamente camino durante meses y meses, a través de montones de tecnicismos, objeciones y estupideces, para tratar de expresarlos. He aquí que tú lo has formulado en una página con la máxima lucidez y aparente facilidad. Nada podría ser más satisfactorio.

(...)


C. S. Peirce

P.S. ... Créeme, mi queridísimo William, que por nada del mundo querría causarte preocupaciones, y ha pasado el día en que yo deseba algo para mi satisfacción personal. Esto es más cierto que lo que tú piensas; pero no importa, piensa lo que quieras. Tengo un solo deseo persistente, en bien de ti y de la mente de innumerables personas sobre las cuales tú influyes en forma directa o indirecta. Es el de que tú, si no estás demasiado viejo, trates de aprender a pensar con más exactitud. Si tuvieras una quincena libre creo que podría hacer algo por ti, y a través de ti, por el mundo; pero quizá no tomo suficientemente en cuenta otras condiciones psíquicas que las puramente racionales... He señalado a menudo, tanto en mis conferencias como en trabajos impresos, cuánto más elevada es la facultad de razonar a partir de ideas más bien inexactas que a partir de definiciones formales; y aunque estoy tan enfrascado en mis estrechos métodos como para lamentar a menudo que tú no puedas proporcionarme las formas exactas que mi formación me permite manejar, me encuentro sin embargo, con admiración y asombro, con que tú llegas pese a todo a conclusiones correctas en la mayoría de los casos, y lo que me asombra más aún es el modo en que te las ingenias para transmitir al auditorio lo más cercano a la verdad exacta que éste es capaz de aprehender. Esa facultad hace que uno resulte útil, mientras yo soy como un pobre que selecciona cosas que podrían ser útiles para la persona adecuada en el momento adecuado, pero que de hecho son absolutamente inútiles para cualquier otro, y casi también para mí mismo. ¿Cuál es la utilidad, si se limita a una sola persona accidental? La verdad es pública.


Fin de: "Carta a William James" (13.06.07). Fuente textual en R. B. Perry, El pensamiento y la personalidad de William James, Paidós, Buenos Aires, 1973, pp. 294-295.

Fecha del documento: 21 de agosto 2006
Última actualización: 26 de enero 2011


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