L 224: CARTA A WILLIAM JAMES


Charles S. Peirce (08.01.09)

Traducción castellana de María del Carmen y Martha Rivera Sánchez (2007)




Arisbe, Milford, Pa.
8 de enero de 1909

Querido William:

Nada me gratificaría más que romper las lanzas en tu defensa aunque la polémica, por lo general, no es de mi gusto. El The Monist de enero, que he recibido, parece que se inicia con un artículo (que no deseo leer a no ser con el propósito de decir qué es lo que pienso de él) que, con sólo echar un rápido vistazo, parece ser un ataque indecente contra ti.

Ahora bien, ¡gente distinta toma los ataques indecentes de manera muy distinta! Recuerdo que un día estaba en casa de Garrison en E. Orange, cuando Chas. E. Dana publicó una de sus difamaciones en contra de mi amigo. Para mí fue absolutamente incomprensible que él se preocupara por lo que toda la gente decente despreciaba; justo cuando iba a señalarse el placer del viejo Sylvester cuando la Royal Society le confirió la medalla Copley (¡como si él mismo no fuera mucho mejor juez de su plaza en la nómina de matemáticos de lo que esa compañía mixta pudiera ser!). Pero el pobre Garrison fue herido en lo más profundo. Tú estás hecho de materia más dura y no sé cómo te conmoverás. Pero puesto que en los últimos tiempos (quiero decir el año pasado) he expresado repetidamente mi disconformidad con algunas de tus opiniones, me haría bien, mucho bien, escribir mi apreciación sincera de tu fuerza como discernidor de la verdad filosófica y practicante de lógica. Pero tal vez preferirías que no me manchara las manos con ese ataque (si realmente fuera tal).

Carus tiene elementos de bondad en él. Está haciendo mucho bien. Pero el otro día recibí una carta de un amigo común en Chicago analizándole con mucha precisión (excepto que el escritor olvidó mencionar que los instintos de un caballero se habían omitido del caracter natural de C.), y él me dijo que Carus, no contento con su opulencia accidental, se inquietó porque no había atraído tanta atención del mundo filosófico como él piensa que merece, y que mi corresponsal temía por ciertos indicios que Carus estuviera tratando de encontrar algo que le diera importancia y que exhibiera su poder en la polémica (de lo que está orgulloso, aunque en mi opinión ésta consiste principalmente en confundir tanto las diferentes objeciones que es difícil valerse de cualquiera de ellas), y que haría – tal vez había ya resuelto hacer- un violento ataque al Pragmatismo. Aquello por supuesto, puede no hacer daño. Será, a lo sumo una espina para Schiller. Sólo que Carus estaría seguro de introducir tantas personalidades que sería muy desagradable para mí y muy probablemente me haría detener mi defensa del Pragmatismo justo en el momento en que estoy llegando al corazón de él y estoy reuniendo todas mis fibras. Mi próximo artículo, que he estado retrasando por años con el fin de estar seguro de que esté bastante maduro, tiene por objeto aplicar mis Gráficos Existenciales de una manera que nadie ha sospechado -me aventuraré a decir- para demostrar en qué análisis lógico, esto es, en qué definición consiste realmente, y luego cómo debe conducirse la operación, enfatizando la absoluta necesidad de un Icono, o simulacro, para desarrollar el análisis correctamente y demostrar que la definición de definición en el fondo es precisamente lo que la máxima del pragmatismo expresa. Y, por cierto, habrá un delicado reactivo para probar si un concepto es simple o no. Entonces sólo restará en el último de los artículos de la serie redactar un sumario de todos los argumentos.

He estado terriblemente sobrecargado por más de un mes por causas diversas, pero sería una renovación de mis fuerzas emprender tu defensa.

 

Siempre tuyo,
C. S. Peirce


Notas

1. Edwin Tausch, "William James, the Pragmatist-A Psychological Analysis", The Monist 19 (enero de 1909): 1-26 [Nota de CWJ, XI, p. 145].

2. Wendell Phillips Garrison (1840-1907), director de The Nation, que vivía en Orange. La correspondencia de N. J. se conoce desde 1875 a 1906. Dana no fue identificado. Existía Charles Edmund Dana (1843-1924), crítico e impresor americano, pero no tenía ningún motivo obvio. Más probablemente fue Charles Anderson Dana (1819-1897), periodista americano, más conocido como director del New York Sun. Era dado a los ataques a independientes y liberales y por lo tanto podría haber atacado a Garrison [Nota de CWJ, XI, p. 145].

3. James Joseph Sylvester (1814-1897), matemático nacido en Inglaterra. Sylvester enseñó en varias instituciones, incluyendo en la Johns Hopkins, donde fue colega de Peirce y donde los dos se enfrentaron ocasionalmente [Nota de CWJ, XI, p. 145].

4. No se conoce una defensa de William James por Peirce [Nota de CWJ, XI, p. 145].

5. No se encontró evidencia de que Peirce publicara tal artículo [Nota de CWJ, XI, p. 145].

 

 


Fin de : "L 224: Letter to William James" (08.01.09). Fuente textual en I. Skrupskelis y E. Berkeley (eds). The correspondence of William James (CWJ). Charlottesvile, University of Virginia Press, 2003, XI, pp. 144-145.

Fecha del documento: 3 de enero 2008
Última actualización: 26 de enero 2011


[Página Principal] [Sugerencias]