IV Jornadas "Peirce en Argentina"
26-27 de agosto del 2010

El contexto de descubrimiento en Peirce:
un adelantado a su tiempo


Gabriel J. Zanotti


 


1. Breve recordatorio de la abducción

Hacia fines del s. XIX y principios del s. XX, cuando, dejando de lado las excepciones de Duhem y Poincaré, prevalecía el inductivismo más rígido, enfatizando el contexto de justificación de las hipótesis, Peirce destacó algo importantísimo. Ni la inducción ni la deducción agregan realmente algo al conocimiento humano1. La inducción es un tema de conteo de lo que ya está dado, y la deducción es hacer explícitas las conclusiones necesariamente implícitas en las premisas. Por supuesto, no por ello no tienen ningún valor, pero la pregunta es: ¿cómo avanza el conocimiento humano?

La capacidad de abducción, esto es, la capacidad de forjar hipótesis, la capacidad de ver más allá, era para Peirce la respuesta central. Pero esto es ampliamente conocido y al destacarlo no aportamos nada en especial. Lo que queremos destacar es que con esta posición, Peirce se adelanta a una conclusión fundamental de lo que ahora se llama el giro histórico2 (que yo llamo giro hermenéutico3) de la filosofía de las ciencias.

2. El peso inductivista en la "prueba" de la hipótesis

Que las hipótesis "son probadas y se convierten en ley" es ya casi un slogan no académico de la ciencia, que sólo subsiste en algunos documentales y material de divulgación científica, pero tiene su origen en el peso que J. S. Mill dio a los métodos para los experimentos controlados en ciencias naturales4, mientras concibió al método hipotético-deductivo con exclusividad para las ciencias sociales5. Su argumento era que precisamente en ciencias sociales no podemos controlar variables, pero en ciencias naturales sí, cosa que aún se sigue suponiendo habitualmente.

El inductivismo posterior, sobre todo con Hempel, Nagel y Carnap, dio un paso adelante al "liberar" la hipótesis de un origen empírico y al trasladar claramente al método hipotético-deductivo al ámbito de las ciencias naturales donde, por supuesto, la afirmación de las consecuencias de la hipótesis nunca "prueba necesariamente" a esta última6. Pero obviamente siguió concentrando sus esfuerzos en los problemas de confirmación y confirmación probable de las hipótesis, y por ello sus obras de filosofía de las ciencias son habitualmente grandes tratados de la lógica de la ciencia sin mayores preocupaciones históricas (lo cual va preparando las reacciones de Koyré, Kuhn y Feyerabend).

3. Popper prepara el terreno

Al principio, Popper parecía simplemente sustituir la verificación por la falsación, con lo cual el debate se seguía concentrando en el contexto de justificación de las hipótesis7. Pero Popper siembra la raíz de un "problema" que hasta hoy sigue siendo la cruz de los supuestos testeos empíricos: la carga de teoría de la base empírica. Tanto las condiciones iniciales como las predicciones, en sus juicios singulares, son interpretados desde la teoría general contenida en las hipótesis8. Popper dio a este problema una solución convencionalista, pero dejó abierta la puerta para planteos más radicales del mismo tema, que se dieron en Kuhn y Feyerabend, planteos frente a los cuales Popper retrocede: mientras que en los 30 se ubica a la izquierda del neopositivismo, en los 60 se ubica a la derecha de esos niños rebeldes.

Pero eso no fue todo. El Popper filósofo comienza a enfatizar el rol de las conjeturas en el conocimiento humano, esto es, el papel creativo del ser humano en la ciencia, a tal punto de que dicho tema se convierte en muchos de sus escritos en el tema principal9. Ello aleja totalmente a Popper de la inducción, no sólo como método de justificación, sino sobre todo como método de contexto de descubrimiento de las hipótesis. La inteligencia humana compensa su radical ignorancia con su capacidad creativa y falible de generar conjeturas sobre un mundo desconocido. En ese sentido, una analogía que puede explicar esto es comparar la ciencia como inventario con la ciencia como entrar a una habitación a oscuras. La ciencia como inventario, que era en el fondo la ilusión inductivista, es como entrar a una habitación iluminada, ver y anotar. La ciencia tal cual Popper la concibe, en cambio, es entrar a una habitación a oscuras, totalmente, y por ende conjeturar faliblemente qué puede haber en la habitación. Comenzamos con ellos una caminata a oscuras, y si chocamos con algo (falsación) no por ello abrimos los ojos y vemos, sino que tenemos que tratar de ver creativamente, conjeturalmente, dónde está el error. El "contexto de justificación" (el juego cualitativo entre falsación y corroboración) implica permanentemente un re-ajuste del contexto creativo por el cual concebimos, intuimos, conjeturas.

4. Kuhn

Pero Kuhn, como ya sabemos, contrapone la creatividad popperiana a la paciente y humilde tarea del científico en su comunidad científica, aferrado a su paradigma y practicando sencillamente los puzzle solving aprendidos10. Esta profunda diferencia en la apreciación del rol del científico ocultaba, sin embargo, una profunda coincidencia: Kuhn destaca totalmente el rol y la importancia de la teoría en la historia de las ciencias, tema que había aprendido de Koyré, quien afirmaba que detrás de toda teoría científica hay necesariamente una base filosófica11. Por lo tanto, para Kuhn, "el problema de la base empírica" ya no es un problema, sino una característica necesaria de toda tarea científica. En Kuhn se cumple a la perfección la prioridad popperiana de la teoría sobre la observación, porque la observación no es más que interpretar el mundo físico según el paradigma nos dice interpretarlo.

Pero hay algo más: Kuhn critica enfáticamente a la racionalidad solamente algorítmica en la cual estaba enfocada la filosofía de la ciencia anterior, esto es, con fórmulas lógico-matemáticas que permitan casi automáticamente la elección de teorías12. Kuhn destaca que en la elección de teorías hay un componente subjetivo, la presencia del científico que toma una elección sin la posibilidad de normas objetivas al respecto, lo cual no es algo negativo, sino una característica necesaria de la empresa científica13. Nuevamente tenemos allí una abducción que tal vez Kuhn no advirtió como tal, aunque Kuhn tenía con esto una adecuada respuesta a la expresión heideggeriana de que la ciencia "no piensa"14. Precisamente, si pensamos que la ciencia es cálculo, tal vez Heidegger tenga razón, pero la abducción no es cálculo….

5. Una pregunta clave de Feyerabend a Lakatos

La historia de Lakatos ya es conocida. Absorbe los paradigmas kuhnianos en el núcleo central, mientras que la racionalidad popperiana renace con las hipótesis ad hoc falsables, cuya no falsación implica un programa de investigación empíricamente progresivo15. Pero Feyerabend hace a su amigo una importante pregunta: ¿cuándo, en qué momento, distinguir un programa empíricamente progresivo de uno regresivo? Un programa progresivo en el presente puede no serlo en el futuro y viceversa. Entonces no has hecho más que cubrir de bonitas palabras racionalistas a la verdadera anarquía de la ciencia16

Lakatos respondió, pero su respuesta alejó aún más a la ciencia del problema de la justificación de los programas de investigación. Aclaro que la ciencia era "correr el riesgo" de estar en un programa de investigación regresivo, aunque se debe tener conciencia de ello17. ¿No es el riesgo, acaso, inherente a la conjeturalidad popperiana, a la abducción peirciana? Pero lo más interesante es que agregó: "(…) Tanto Feyerabend como Kuhn mezclan evaluaciones metodológicas de un programa con los sólidos consejos heurísticos acerca de cómo proceder18". Observemos: "procedimientos heurísticos", o sea que la filosofía  de las ciencias de Lakatos se convierte en filosofía del descubrimiento científico.

6. Feyerabend: la creatividad

Pero Feyerabend hizo algo más que esa inteligente pregunta19. Afirmó, en tono irónico, tres cosas bien en serio20: a) todo vale, esto es, cuando las metodologías llegan a su límite, valen los intentos del científico por ir más allá de criterios establecidos; b) el proceder contrainductivo, esto es, ir en contra de teorías que en su momento histórico tengan evidencia empírica; c) la no diferencia entre ciencia y metafísica, si por ciencia se entiende precisamente aquel testeo empírico imposible que el inductivismo antiguo pretendía. Pero todas estas cuestiones llevan a destacar la capacidad de creatividad "abductiva" del científico. Tiene que ser creativo, para superar procedimientos y normas que en determinado momento llegan a su límite y estancan la empresa científica. Y la importancia de la teoría es esencial, porque son las nuevas teorías las que re-interpretan el mundo físico. Sin creatividad de teorías, no hay ciencia. Ciencia es abducción, o sea, ciencia es creación, in-vención. Y por ello, ciencia es también filosofía, y la distinción no pasa por lo empírico o no, sino por el pensamiento crítico.

7. Conclusión

Ciencia es abducción. Ciencia es el descubrimiento de las teorías, y el "contexto de justificación" pasa más por la actitud crítica que por normas algorítmicas. La filosofía de la ciencia posterior a este giro hermenéutico aún no parece convencerse de ello, y por ello se trata de normativizar la "inferencia a la mejor explicación"21. La pregunta es: ¿deben buscarse normas, procedimientos, para la creatividad humana? Se podría contestar: sí, porque esa creatividad es falible. A lo cual decimos: no, porque lo que nos protege algo de nuestra falibilidad, en la ciencia, es la crítica. Con lo cual llegamos a que el contexto de justificación de la ciencia es el diálogo. El pragmaticismo de Peirce vio ambas cosas: la abducción y el diálogo22, en una época donde en general no se veía ninguna de las dos cosas.

Habría que meditar si el panorama ha cambiado al respecto.



Notas


1. Ver al respecto textos clásicos como The Fixation of Belief (1977); Deduction, Induction, Hypotesis (1878); On The Logic of Drawing History from Ancient Documents, Especially from Testimonies (1901); The Three Normative Sciences (1903); The Nature of Meaning (1903); y Pragmatism as The Logic of Abduction (1903); todos en The Essential Peirce, Vol. 1 y 2, Indiana University Press, Edited by N. Houser and C. Kloesel, 1992, Vol. 1, y 1998, Vol. II.

2. Véase Bird, A.: "The historical turn in the philosophy of science", en The Routledge Companion to Philosophy of Science, Routhledge, 2008.

3. En Zanotti, G.: Hacia una hermenéutica realista, Austral, Buenos Aires, 2003; cap. 3.

4. Ver al respecto Losee, J.: Introducción histórica a la filosofía de las ciencias, Alianza Ed., Madrid, 1985.

5. Ver al respecto Mill, J.S.: On the Definition of Political Economy; and on the Method of Investigation Proper to It, que es el capítulo V de sus Essays on Some Unsettled Questions of Political Economy, (1874), Augustus M. Kelley Publishers, Clifton, 1974.

6. Ver al respecto el claro aporte de Hempel en Filosofía de la ciencia natural; Alianza Ed., Madrid, 1981.

7. Al menos ello parecía así en los primeros capítulos de La lógica de la investigación cientifica,Tecnos, Madrid, 1985.

8. Op.cit., cap. V.

9. Nos referimos a Realismo y el objetivo de la ciencia; Tecnos, Madrid, 1985; Conjeturas y refutaciones; Paidós, Barcelona, 1983; Conocimiento objetivo; Tecnos,Madrid, 1988; The Myth of the Framework; Routledge, London and New York, 1994; In Search of a Better World, Routledge, 1994 y All Life is Problem Solving, Routledge, 1999.   

10. Ver La estructura de las revoluciones científicas; FCE, 1971.

11. Ver Pensar la ciencia; Paidós, 1994.

12. Ver  "Objetividad, juicios de valor y elección de teorías" (1973), en  La tensión esencial; FCE, 1996.

13. Op.cit., p. 349.

14. Ver Heidegger, M.: Construir, habitar, pensar (1951); La pregunta por la técnica (1953); y ¿Qué quiere decir pensar? (1952), en  http://www.heideggeriana.com.ar/textos/textos.htm

15. Ver La metodología de los programas de investigación científica; Alianza Ed., Madrid, 1989.

16. Feyerabend, P.: Tratado contra el método; Tecnos, Madrid, 1981, cap. 16.

17. Lakatos, op. cit., p. 152.

18. Idem. Las bastardillas, en el original.

19. Op.cit., caps. 1 y 2.

20. Zanotti, G.: "Feyerabend en serio", en Studium (2002), tomo V, fasc. X, pp. 185-198. Reimpreso en Homenaje a Alberto Moreno, Mercedes Dolfi, Compiladora, Eudeba, Buenos Aires, 2006.

21. Ver Lipton, P.: Inference to the Best Explanation, Routledge, 1991, 2004.

22. Ver Nubiola, J.: "La búsqueda de la verdad", Humanidades. Revista de la Universidad de Montevideo, II/1 2002, pp. 54-64.



Fecha del documento: 21 de noviembre 2010
Ultima actualización: 26 de noviembre 2010

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