II Jornadas "Peirce en Argentina"
7-8 de septiembre del 2006

Pragmaticismo y pluralismo


Rosa María Mayorga
rmayorga@vt.edu




En un artículo reciente de las Transactions of the Charles S. Peirce Society "Why Pragmatists Cannot be Pluralists", Robert Talisse y Scott Aiken hacen la sorprendente afirmación de que el pragmatismo y el pluralismo son básicamente incompatibles1. Sorprendente, especialmente para los pragmatistas de todo tipo, porque está en la misma naturaleza del pragmatismo tomar en serio la experiencia de otros y aceptar que el debate, la deliberación, y la reflexión conducen a la posible resolución (o disolución) de los desacuerdos intelectuales, políticos o morales. Pero Talisse y Aiken clasifican esta concepción a lo sumo como un "pluralismo superficial", una petición débil de tolerancia epistémica que en absoluto no capta la afirmación ontológica fundamental de todos los pluralismos: que los bienes o valores son por naturaleza inconmensurables, que la persistencia de discrepancias profundas no es totalmente debida a la ignorancia humana, que no hay un único modo que sea el mejor de ofrecer un ranking de las opciones en competencia y que por tanto los conflictos resultantes son por naturaleza irresolubles. Los pragmatistas, pues, tienen que oponerse a las posiciones de los pluralistas, afirman Talisse y Aiken, puesto que el proyecto pragmatista del progreso, el descubrimiento y la posible resolución o disolución final del conflicto a través de la investigación no encaja con la convicción pluralista de la existencia de disputas interminables. En su análisis, considero que Talisse y Aiken consiguen su objetivo declarado de hacer una contribución positiva a la filosofía pragmatista y de hacer avanzar la filosofía americana intentando aclarar qué está en juego en estas posiciones. Espero continuar este proyecto discutiendo cómo la particular versión del pragmaticismo de Charles Peirce, incluyendo sus nociones de verdad, de realismo escolástico, falibilismo y sinejísmo, encajan en este esquema.

El pluralismo en sentido amplio ha estado presente desde hace tiempo, puesto que siempre ha habido, dentro de un grupo, opiniones divergentes acerca del mejor modo de vivir la vida, acerca de lo que es bueno o malo, acerca de lo que es correcto o equivocado, acerca de la naturaleza última de las cosas. Y siempre ha habido filósofos que han intentado ofrecer respuestas morales, políticas, religiosas y ontológicas a estas cuestiones. Pero en gran parte han fallado los intentos pasados de apelar a la religión, o a un estándar universal de moralidad, o a una intuición especial como fuente infalible de respuestas y soluciones. Las consecuencias ahora ineludibles de la civilización moderna, tales como la globalización, la inmigración, y la comunicación siempre creciente han traído a primer plano la inevitabilidad del pluralismo. La confianza en encontrar un consenso ultimo al final del camino como resultado del progreso humano ha sido substituida por una aproximación menos optimista, menos objetivista y mas relativista que considera que quizá no hay ninguna respuesta correcta que dar. La escalada de violencia, los conflictos civiles, y la guerra han contribuido también a el síndrome que podríamos llamar "la aversión a la verdad" que mantiene que el discurso acerca de la verdad solo lleva al dogmatismo y a otras actitudes peligrosas. Por lo tanto, no debería haber discurso acerca de la verdad, pues nadie la tiene ni la tendrá nunca porque no hay tal cosa como un modo correcto de hacer las cosas, tampoco solo una concepción correcta del mundo. La conclusión de todo esto es que quizá lo que en ultimo extremo una sociedad adopta es únicamente la idea de lo que es mejor para ese grupo en particular, estando lo "mejor" basado en los contextos históricos y culturales, punto. Y eso es todo: no existe entonces un summum bonum mediante el cual las diferencias puedan ser racionalmente evaluadas.

Es esta fuerte afirmación ontológica acerca de cómo es el mundo lo que, de acuerdo con Talisse y Aiken, realmente capta la esencia del pluralismo en los debates filosóficos actuales, y no la (menos fuerte) posicion epistémica que aboga por un menu de posibles respuestas con el fin de escoger la más racional2. La táctica, por supuesto, para un pragmatista que no estará dispuesto a perder la etiqueta de pluralista es desafiar, como muchos lo han hecho, esta taxonomía propuesta por Talisse y Aiken3. No voy a resolver este asunto aquí. Pero quiero afirmar que Talisse y Aiken han destapado un problema genuino. Pragmatistas tales como James y Dewey y también neopragmatistas como Rorty comparten (además de la tesis epistémica) la convicción del pluralista ontológico de que no hay una verdad que descubrir en el mundo y en consecuencia se etiquetan a sí mismos como pluralistas. Considero que Talisse y Aiken tienen razón cuando dicen que esto es un error: el compromiso pragmatista con el "meliorismo" (esto es, la resolución o disolución de este tipo de desacuerdos por métodos racionales) no puede ser aceptado por el pluralista ontológico. Por lo tanto, los pragmatistas no pueden ser pluralistas. Esto, sin embargo, quiero argumentar yo, no es un problema para el pragmaticismo de Peirce, puesto que Peirce admitiría de buen grado que no es un pluralista ontológico (aunque podría argumentarse que podría calificarse como un pluralista epistémico).

La concepción de la verdad es un asunto importante que separa a Peirce de los otros pragmatistas4. Peirce no tiene aversión a la verdad: su noción de verdad es robusta, aunque tan sutil, como lo son muchas de sus nociones, que es a menudo mal entendida (incluso por los propios contemporáneos de Peirce)5.

Peirce era un objetivista acerca de la verdad, como él expresa citando al poeta William Cullen Bryant: "La verdad sepultada en la tierra resurgirá de nuevo"6. Como cualquier buen pragmatista haría, él analiza el significado del concepto de la verdad considerando sus implicaciones prácticas. Estas son de la naturaleza de la investigación, que en sí misma presupone que hay una respuesta correcta que se mantendrá ante toda evidencia:

(...) todos los partidarios de la ciencia están animados por la feliz esperanza de que basta con que aquella se prosiga lo suficiente para que dé una cierta solución a cada cuestión a la que la apliquen (...) (CP 5.408, 1878)
(...) all the followers of science are animated by a cheerful hope that the processes of investigation, if only pushed far enough, will give one certain solution to each question to which they apply it (...) (CP 5.408, 1878)

(...) toda investigación científica lleva la suposición, la esperanza, que, en referencia a su pregunta particular, tiene una respuesta verdadera. (CP 8.153, 1900)
(...) every scientific research goes upon the assumption, the hope, that, in reference to its particular question, there is some true answer. (CP 8.153, 1900)

Hay, pues, para cada cuestión una respuesta verdadera, una conclusión final hacia la que gravita constantemente la opinión de cada hombre. (CP 8.12, 1871)
There is, then, to every question a true answer, a final conclusion, to which the opinion of every man is constantly gravitating. (CP 8.12, 1871)

Las creencias que resultan del método científico de investigación (la investigación de una comunidad de investigadores sin otro deseo que aprender la verdad acerca de las cosas) tienen la mejor oportunidad de dar con la respuesta correcta puesto que los aspectos comunitarios del método compensan los errores individuales. Pero el enfoque de Peirce no es simplemente metodológico; esta confianza epistemológica está ligada intrínsecamente a su metafísica:

(...) lo que lo distingue de otras especies es, primero, su retención de una filosofía purificada; segundo, su total aceptación del cuerpo principal de nuestras creencias instintivas; y tercero, su tenaz insistencia en la verdad del realismo escolástico. (CP 5.423, 1905)
(...) what distinguishes [pragmaticism] from other species is (...) its strenuous insistence upon the truth of scholastic realism. (CP 5.423, 1905)

Y aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Peirce arregla un improbable matrimonio entre un viejo candidato y "el nuevo chico del barrio": esta union del realismo escolástico (la afirmación de que los universales son reales aunque no existentes) y la teoria innovadora de Peirce es o bien malinterpretada o bien conscientemente ignorada por muchos comentaristas, pero que, como he afirmado en otra parte, integra el todo de su filosofía, que no puede entenderse propiamente sin su reconocimiento7. Tomemos, por ejemplo, la definición de Peirce de la verdad, que sigue su concepción del proceso de investigación citado anteriormente:

La opinión destinada a que todos los que investigan estén por último de acuerdo en ella es lo que significamos por verdad, y el objeto representado en esta opinión es lo real. Esta es la manera como explicaría yo la realidad. (CP 5.407, 1878)
The opinion which is fated to be ultimately agreed to by all who investigate, is what we mean by the truth, and the object represented in this opinion is the real. That is the way I would explain reality. (CP 5.407, 1878)

Ahora bien, muchos han tomado esta definición como indicativa de un giro no-objetivista8, es decir, que la verdad y la realidad son relativas a la opinión y por tanto, ni independientes ni objetivas. Pero esto no es en absoluto lo que Peirce quiere decir: él quiere afirmar que la verdad y la realidad son independientes, al menos en un cierto sentido:

Pero puede decírseme que este punto de vista se contrapone directamente a la definición abstracta que hemos dado de realidad, tanto más cuanto que hace depender las características de lo real de lo que por último se piensa de ellas. Pero la respuesta a esto es que, por un lado, la realidad es independiente, no necesariamente del pensamiento en general, sino sólo de lo que tú o yo, o cualquier número finito de hombres, pensamos de ella; y que, por otro lado, aun cuando el objeto de la opinión final depende de lo que esta opinión es, con todo, lo que esta opinión es no depende de lo que tú, o yo, o cualquiera, pensamos. (CP 5.408, 1878)
But it may be said that this view is directly opposed to the abstract definition which we have given of reality, inasmuch as it makes the characters of the real depend on what is ultimately thought about them. But the answer to this is that, on the one hand, reality is independent, not necessarily of thought in general, but only of what you or I or any finite number of men may think about it (CP 5.408, 1878)

Pero, ¿qué significamos por real? (...) Lo real, pues, es aquello a lo que, más pronto o más tarde, aboca la información y el razonamiento, y que en consecuencia es independiente de los antojos tuyos o míos. (CP 5.311, 1868)
And what do we mean by the real? (...) The real, then, is that which, sooner or later, information and reasoning would finally result in, and which is therefore independent of the vagaries of me and you. (CP 5.311, 1868)

Cuando Peirce nos dice que la realidad es independiente de lo que tú o yo pensamos, uno naturalmente piensa que él entiende "independencia" en el sentido común de que las cosas externas son independientes del pensamiento. Pero Peirce quiere decir algo mucho más sutil: el sentido en el que la verdad y la realidad son independientes es en el de que no se afectan por lo que tú, yo, o cualquier número de personas puedan pensar. Sin embargo, esto no significa que la verdad y la realidad sean completamente independientes de todo pensamiento pues toda realidad tiene un aspecto "mental":

Pero si se nos pregunta si no existen algunas realidades que son completamente independientes del pensamiento: yo por mi lado preguntaría, qué se significa por tal expresión y qué puede significar por ello. Que idea puede estar ligada a eso del cual no hay idea? (...) Claro está que tener una idea de algo que es completamente independiente del pensamiento está mas allá del poder de la mente—tendría que extraerse de sí misma para ese propósito; y como no hay tal idea no tiene sentido la expresión (...) no tenemos tales medios, ni podemos tener tal manera de adquirir una concepción de algo independiente de toda opinión y todo pensamiento. (CP 7.345, 1873)
But if it be asked us, whether some realities do not exist, which are entirely independent of thought; I would in turn ask, what is meant by such an expression and what can be meant by it. What idea can be attached to that of which there is no idea? (...) It is clear that it is quite beyond the power of the mind to have an idea of something entirely independent of thought -it would have to extract itself from itself for that purpose; and since there is no such idea there is no meaning in the expression…we have no such means, and can have no such means of acquiring a conception of something independent of all opinion and thought. (CP 7.345, 1873)

La clave a la solución de esta pregunta es que lo que pensamos no puede ser bajo ninguna circunstancia de una naturaleza distinta del pensamiento en sí. Porque el pensamiento pensante y el objeto inmediato del pensamiento son la mismísima cosa vista de diferentes puntos de vista. (CP 7.339, 1873)
The key to the solution of this question is that what we think of cannot possibly be of a different nature from thought itself. For the thought thinking and the immediate thought-object are the very same thing regarded from different points of view. (CP 7.339, 1873)

La idea común de que hay cosas que son completamente independientes del pensamiento está equivocada, Peirce quiere afirmar. Derivada del dualismo cartesiano, su efecto es partir el mundo en dos: en cosas-en-sí incognoscibles y nuestros pensamientos acerca de ellas. Para Peirce, hablar de “una realidad incognoscible es un sinsentido”9, que viola la única cosa que "merece ser inscrita en cada muro de la ciudad de la filosofía: no bloquearás el camino de la investigación"10. La preocupación de Peirce no es simplemente epistemológica; él ofrece un fundamento ontológico para su afirmación.

Pero ¿cómo puede algo que está mas allá en el futuro causar, o tener un efecto, en nuestras sensaciones actuales? En otras palabras, ¿cómo puede la que será la opinión final causar nuestras sensaciones ahora? ¿Y cómo puede el objeto de ello ser lo real? Peirce no cree que la idea sea tan inverosímil, de hecho la aceptamos todo el tiempo: consideramos que la ley de la gravedad es real ahora, a pesar de que el posible efecto sobre un bote de tinta a la orilla de mi escritorio, bajo las condiciones adecuadas, tendría lugar en el futuro11.

El fruto de la unión de la noción escolástica de que hay "reales" que no tienen existencia material (parte también de la inspiración para sus categorías)12, con la definición pragmática de que la verdad es lo que sería pensado en la opinión final, es la alternativa de Peirce al cartesianismo y desemboca en un tipo de monismo, que él llama "idealismo objetivo":

La única teoría inteligible del universo es la del idealismo objetivo, que la materia es mente desvirtuada (CP 6.25, 1891)
The one intelligible theory of the universe is that of objective idealism, that matter is effete mind. (CP 6.25, 1891).

La noción de sinejísmo de Peirce, la afirmación de que toda la realidad es continua, está relacionada con este monismo:

(...) para cerrar la brecha se requiere el sinejísmo. Suponiendo que la materia no es mas que la mente bajo la esclavitud del habito empedernido, la ley de la mente todavía se le aplica. (CP 6.613, 1893)
(...) to bridge the gap synechism is required. Supposing matter to be but mind under the slavery of inveterate habit, the law of mind still applies to it. (CP 6.613, 1893)
El sinejísmo (...) nunca puede soportar el propiamente-llamado dualismo (...) el dualismo en su sentido más amplio es la filosofía que ejecuta su análisis con un hacha, dejando a los elementos básicos como trozos inconexos, esto es muy hostil al sinejísmo. En particular, el sinejísta no admitirá que fenómenos físicos y psíquicos son completamente distintos, -ni que pertenecen a categorías distintas, ni que son lados completamente opuestos de una moneda,-pero insistirá que todo fenómeno es de un solo carácter, aunque algunos son mas mentales y espontáneos, otros mas materiales y regulares. (CP 7.570, 1892)
Synechism (...) can never abide dualism, properly so called (...) dualism in its broadest legitimate meaning as the philosophy which performs its analyses with an axe, leaving as the ultimate elements, unrelated chunks of being, this is most hostile to synechism. In particular, the synechist will not admit that physical and psychical phenomena are entirely distinct, -whether as belonging to different categories of substance, or as entirely separate sides of one shield, -but will insist that all phenomena are of one character, though some are more mental and spontaneous, others more material and regular. (CP 7.570, 1892)

Pero ¿cuál es la conexión de todo esto con la verdad y la realidad? Recordemos que para Peirce "para toda cuestión hay una respuesta verdadera, una conclusión final, hacia la que la opinión de cada hombre constantemente gravita". Aunque el individuo puede no vivir para alcanzar la verdad, hay "una opinión definida a la que la mente del hombre, en general y a largo plazo, tiende, que es la verdad"13. Cualquier ser humano con información suficiente y con suficiente trabajo y sinceridad alcanzará la misma conclusión que los otros bajo las mismas circunstancias favorables.

Peirce estaba convencido de que la experiencia podría ayudarnos a descubrir, en un alto grado, cómo son las cosas, (no solo cómo nos parecen). La razón por la cual los humanos son capaces de adivinar una parte de los principios de la naturaleza es porque hemos evolucionado como parte de la naturaleza: el camino del cosmos no es completamente extraño a las propensiones de nuestras mentes. Hemos heredado (a través de la evolución) una cierta disposición, o instinto14:

Nuestra facultad de adivinar corresponde a los poderes musicales y aeronáuticos de un pájaro (...) es para nosotros, como son aquellos para él, lo máximo de nuestros poderes instintivos. (CP 7.48, 1907).
Our faculty of guessing corresponds to a bird's musical and aeronautic powers (...) it is to us, as those are to them, the loftiest of our merely instinctive powers (CP 7.48, 1907).

A causa de esta proclividad humana hacia la racionalidad, dado el tiempo suficiente, hay una tendencia hacia el acuerdo, siempre que haya investigación sistemática, persistente, y cuidadosa.

Las disputas ocurren indudablemente entre aquellos que buscan un método propio de la investigación. Pero estas disputas llegan a un fin. Por lo menos eso es lo que asumimos al entrar en discusión del todo, pues si la investigación no nos lleva a una opinión eventualmente establecida, de nada nos sirve. Entonces si creemos que en cuanto a cada asunto que tratamos de investigar, las observaciones, por muy variadas y distintas unas a otras, sin embargo tienen algo de capacidad de lograr en nuestras mentes un estado predeterminado de creencia (...) estamos al parecer destinados a llegar a la conclusión final. (CP 7.334, 1873)
Disputes undoubtedly occur among those who pursue a proper method of investigation. But these disputes come to an end. At least that is the assumption upon which we go in entering into the discussion at all, for unless investigation is to lead to settled opinion it is of no service to us whatever. We do believe then in regard to every question which we try to investigate that the observations though they may be as varied and as unlike in themselves as possible, yet have some power of bringing about in our minds a predetermined state of belief (...) we seem fated to come to the final conclusion. (CP 7.334, 1873)

Peirce quiere afirmar que el camino hacia el consenso acerca de las cosas es una fuerza, o una ley, o un "poder" tan real como la gravitacional; es una tendencia que guía el pensamiento en una dirección determinada, "del destino" – la verdad; en el mismo sentido en que caer es una tendencia que guía a los objetos hacia el centro de la tierra. El mismo hecho de que nos enrolemos en la investigación presupone que seremos convencidos por el tipo de evidencia correcto para aceptar la respuesta correcta. Considerando la multitud de opiniones y explicaciones posibles, el hecho en sí de que haya acuerdo es bastante sorprendente, y este hecho, según Peirce, es indicativo de que hay alguna predisposición, algún "poder oculto" que nos lleva naturalmente, con las excepciones individuales que eventualmente se compensan, al consenso. Estamos destinados, pues, a ser llevado en la dirección de la verdad así que, dado el tiempo suficiente, muy probablemente llegaremos a ella. Es un hecho real que habría una opinión final si la investigación continuase suficientemente. Pero Peirce no afirma que habrá un punto exacto en el tiempo en el que la investigación finalizará. Nunca podemos estar completamente seguros de que hemos alcanzado el conocimiento final. Podemos tener creencias fijas que están siempre abiertas, al menos en teoría, a más preguntas, y si de hecho se crean dudas, la investigación ulterior podrá apaciguarlas con el tiempo. En ningún momento, sin embargo, podemos tener la seguridad al cien por ciento de que toda investigación ha llegado de hecho a un final. El hecho de que nuestro conocimiento, en cualquier momento del tiempo, pueda ser examinado (si surgen suficientes dudas) lleva a la conclusión de que, en teoría, todo conocimiento puede considerarse falible. Esta es la conocida doctrina del falibilismo de Peirce:

Nuestra perversidad y la de otros pueden posponer indefinidamente el establecimiento de opinión; puede incluso, concebiblemente, causar que una proposición arbitraria pueda ser universalmente aceptada mientras dure la raza humana. Con todo, incluso esto, no cambiaría la naturaleza de la creencia, que sólo puede ser el resultado de la investigación llevada lo suficientemente lejos; y si, tras la extinción de nuestra raza, surgiera otra con facultades y disposición para la investigación, aquella opinión verdadera tendría que ser la única a la que por último fueran a parar. (CP 5.408, 1878)
Our perversity and that of others may indefinitely postpone the settlement of opinion; it might even conceivably cause an arbitrary proposition to be universally accepted as long as the human race should last. Yet even that would not change the nature of the belief, which alone could be the result of investigation carried sufficiently far; and if, after the extinction of our race, another should arise with faculties and disposition for investigation, that true opinion must be the one which they would ultimately come to. (CP 5.408, 1878)

La concepción del falibilismo de Peirce, la afirmación epistemológica de que podríamos estar equivocados acerca de cualquier afirmación, creencia, o conocimiento particular, está no obstante completamente integrada, como lo está todo su filosofía, en su metafísica. La afirmación sinejísta de que toda la realidad es continua también es ontológica: en su cosmología evolucionista, Peirce ofrece una teoría (o una combinación de la teoría de la evolución darwiniana con una dosis de su teoría de las categorías) de cómo el universo, originariamente compuesto de puro azar, evoluciona hacia pura racionalidad:

(...) en el principio -infinitamente lejano- había un caos de sentimiento no personalizado, que al estar sin conexión ni regularidad, se encontraría propiamente sin existencia. Este sentimiento, mutando aquí y allá en pura arbitrariedad habría originado el germen de una tendencia generalizante. Sus otras manifestaciones serían evanescentes, pero ésta tendría la virtud del crecimiento. Así pues, se habría iniciado la tendencia al hábito, y a partir de esto, junto con los otros principios de la evolución, se habrían desarrollado todas las regularidades del universo. En todo momento, sin embargo, sobrevive un elemento de puro azar y éste permanecerá hasta que el mundo se convierta en un sistema absolutamente perfecto, racional y simétrico, en el que la mente, por fin, será cristalizada en el futuro infinitamente distante. (CP 6.36, 1892)
(...) in the beginning --infinitely remote-- there was a chaos of unpersonalized feeling, which being without connection or regularity would properly be without existence. This feeling, sporting here and there in pure arbitrariness, would have started the germ of a generalizing tendency. Its other sportings would be evanescent, but this would have a growing virtue. Thus, the tendency to habit would be started; and from this, with the other principles of evolution, all the regularities of the universe would be evolved. At any time, however, an element of pure chance survives and will remain until the world becomes an absolutely perfect, rational, and symmetrical system, in which mind is at last crystallized in the infinitely distant future. (CP 6.36, 1892)

Como he tratado de mostrar, el enfoque objetivista de la verdad de Peirce está firmemente fundado en una metafísica realista (que Peirce llega a llamar "extrema" para diferenciarla de su versión medieval), y por tanto rechaza completamente el enfoque no-objetivista de sus colegas pragmatistas. La intuitiva afirmación de Talisse y Aiken de que los pragmatistas se consideran erróneamente pluralistas no se aplica a Peirce, puesto que él no comete este error. Quizá ésta es otra razón para considerar el pragmaticismo de Peirce superior a las versiones que le siguieron.





BIBLIOGRAFÍA





Notas

1. Talisse, Robert and Scott Aiken. Transactions of the Charles S. Peirce Society. Winter 2005, Vol. XLI, No.1, p.102-118.

2. Talisse y Aiken identifican dos resultados prescriptivos de esta posición ontologica. El "pluralismo profundo", como ellos llaman a la primera alternativa, es el tipo que Emmanuel Levinas y Carl Schmitt describen: los conflictos de valores en una sociedad se dirimen en un campo de batalla político donde la tolerancia y la neutralidad eventualmente fallan y gana el más ferviente y el más poderoso. La única forma, según ellos, de evitar esta lucha constante por el poder es tener una homogeneidad impuesta en un estado autoritario centralizado. La otra alternativa, más liberal, al pluralismo ontológico, es lo que Talisse y Aiken bautizan como "pluralismo del modus vivendi o del vive y deja vivir". Aquí la tolerancia es el ideal de la política, pero solo se puede conseguir o bien creando instituciones que no den importancia a los juicios de valor, o alternativamente creando un sistema en el que todos los valores en competición se reconocen como igualmente importantes y por tanto como merecedores del mismo respeto. Sin embargo, Talisse y Aiken afirman que esta "tregua Hobbesiana" es en último caso inestable y por tanto no apoya el "programa meliorista" del pragmatista (ibid., p.110).

3. Véase, por ejemplo, en este mismo volumen de las Transactions, los artículos de Michael Eldridge, Henry Jackman, Cheryl Misak, Michael Sullivan, y John Lysaker.

4. Cheryl Misak correctamente destaca este punto. Véase su "Pragmatism and Pluralism" en el mismo volumen (arriba).

5. El amor de Peirce por su amigo William James es obvio en el siguiente intento por hacer que los errores de comprensión de James no suenen demasiado duros: "Después de estudiar por medio siglo el lado intelectual de William James —pues no lo conocí de niño— tengo que testificar que lo considero, y siempre ha sido así durante mi amistad con él, el amante aproximadamente más perfecto de la verdad que es posible ser para un hombre (...). Si me pregunta qué significa esa fea palabra "aproximadamente" en mi declaración del amor a la verdad de James, como considero que fue ese amor, contesto que concibo la imperfección de la devoción de un hombre a cualquier cosa —al menos a tal ideal perfecto como es la Verdad— ser muy diferente a su incapacidad de lograr exactitud (...) Su comprensión del corazón de los hombres fue muy maravilloso (...) en toda mi vida no he encontrado un alma que pareciera comprender, naturalmente, [no] mis conceptos, pero la razón de mi vida mejor que el". (CP 6.183-84, 1911)

"After studying William James on the intellectual side for half a century --for I was not acquainted with him as a boy-- I must testify that I believe him to be, and always to have been during my acquaintance with him, about as perfect a lover of truth as it is possible for a man to be (...) If you ask me what that ugly word "about" signifies in my statement of James's love of truth, as I believe that love to have been, I reply that I conceive the imperfection of man's devotion to anything --at any rate to any such perfect ideal as Truth-- to be very different from his incapacity to attain exactitude (...) His comprehension of men to the very core was most wonderful (...) in all my life I found scarce any soul that seemed to comprehend, naturally, [not] my concepts, but the mainspring of my life better than he did". (CP 6.183-84, 1911)

6. "Truth crushed to earth shall rise again". (CP 5.408, 1878)

7. Véase mi From Realism to Realicism: On the Metaphysics of Charles Sanders Peirce, en prensa, Lexington Books.

8. Incluyendo a muchos de sus contemporáneos, por ejemplo: "La segunda definición del Sr. Schiller es la del Capitan Bunsby, 'la verdad' de una afirmación depende de su aplicación, la cual es el resultado de un análisis débil, me parece a mí". (CP 5.494, c.1903)

"Mr. Schiller's second definition is Captain Bunsby's that 'the 'truth' of an assertion depends on its application, which seems to me the result of a weak analysis". (CP 5.494, c.1903)

9. "an unknowable reality is nonsense". (CP 8.43, 1885)

10. "deserves to be inscribed upon every wall of the city of philosophy: Do not block the way of inquiry". (CP 1.135, 1885)

11. CP 7.344, 1873.

12. Me refiero, por supuesto a las nociones de Peirce de Primeridad, Segundidad, y Terceridad, que, tal como argumento en From Realism to Realicism: On the Metaphysics of Charles Sanders Peirce, son congruentes con varios de los conceptos clave de Scoto.

13. "a definite opinion to which the mind of man is, on the whole and in the long run, tending, which is the truth". (CP 8.12, 1871)

14. Peirce estaba, por supuesto, al corriente de la teoría de Darwin y, como hace con prácticamente todo filósofo que estudiaba, incorporó parte de ésta a la suya propia.


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Fecha del documento: 17 de septiembre 2006
Ultima actualización: 17 de septiembre 2006

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