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La Incorporación en la Corona de Castilla

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La sociedad navarra, como cualquier otra del Antiguo Régimen en la Europa Occidental, presentaba una estructura estamental, jerarquizada, no completamente cerrada ni uniforme, en la que se mezclaban los enfrentamientos y solidaridades, fruto de diferencias jurídicas, culturales y económicas.

Durante la Edad Moderna esta sociedad fue testigo de transformaciones de gran trascendencia, como consecuencia de las nuevas circunstancias religiosas y culturales que acompañaron a la aplicación de los decretos de la reforma tridentina.

La nobleza gozaba, como en otras partes de la Monarquía, de un gran número de privilegios: exención del pago de pechas, de los repartimientos concejiles y de las contribuciones reales, tenía un derecho penal diferente, preeminencia social, privilegios políticos y económicos, etc. Esta categoría era, habitualmente, heredada y transmitida de padres a hijos. Pero también existía la fórmula del “privilegio de hidalguía”, otorgado por voluntad del rey, tras demostrar el solicitante su limpieza de sangre y su origen. Según los datos que poseemos a partir del censo de Floridablanca (1787) poco más del 25% de la población eran hidalgos, concentrados fundamentalmente en las merindades de Pamplona y de Sangüesa, en donde radicaba el 70% de todos los del reino.

Dentro de la nobleza pueden distinguirse varias categorías. Los nobles titulados (condes de Lerín, vizcondes de val de Erro, marqueses de Falces, marqueses de Cortes, etc.), creados durante época bajomedieval o inmediatamente tras la conquista, pronto enlazaron, tanto beamonteses como agramonteses, con las grandes familias castellanas. Además a lo largo de la Edad Moderna, y especialmente en los siglos XVII y XVIII, fueron beneficiarios de títulos personajes procedentes de la nobleza media que, gracias a sus negocios o a sus actividades militares, alcanzaron altos puestos en la administración, paso previo para que ellos o sus sucesores lograran la adquisición de ese título nobiliario.

Tras la nobleza titulada existía en Navarra una nobleza media, rural, que recibía la denominación de “palacianos”, es decir, nobles propietarios de un palacio “cabo de armería”, “casas solariegas de la primera nobleza y distinción” exentos del pago de impuestos y contribuciones y poseedores, en la mayoría de los casos, del derecho de asiento en el brazo militar de las Cortes del reino.

Por último estaban los simples hidalgos, diferenciados del resto de la población por el privilegio de estar exentos del pago de pechas o de tener reservados cargos en la administración local, entre otros. Muchos de ellos habían logrado el título de hidalguía por compra, muy habitual durante los siglos XVII y XVIII entre las familias que se habían enriquecido gracias a la emigración a América.

Por otra parte había valles y lugares que lograron la mayoría en el siglo XV la concesión de la “hidalguía universal” o colectiva a todos sus habitantes, como Lumbier, Aoiz, Miranda de Arga, o los valles de Aézcoa, Roncal, Salazar o Baztán, entre otros; un instrumento de los monarcas durante el siglo XV para fortalecer las estructuras vecinales frente al poder de los linajes nobiliarios.
Muchos de estos hidalgos vieron una posibilidad de ascenso social gracias a la emigración. Bien formados muchos de ellos partieron a la búsqueda de oportunidades en Madrid, Sevilla, Cádiz o en el Nuevo Mundo, al que tenía acceso como miembros de la Corona de Castilla. Gracias a ello muchas de estas familias lograron altos puestos en la administración y en mundo económico y financiero de la monarquía. Otros morirían en tierras lejanas, sin haber alcanzado sus objetivos, tras años de penoso trabajo y escasas oportunidades.

La Iglesia navarra fue testigo de una profunda reforma. Gracias a los sínodos celebrados a lo largo del siglo XVI y especialmente el de Pamplona de 1590, el clero, tanto secular como regular, fue objeto de una atención especial. El clero navarro representaba, a finales del siglo XVIII, el 2,1% de la población.

Para la selección de párrocos en la zona Media y en la Montaña funcionaba el patronato vecinal, es decir, eran elegidos por votación entre los vecinos titulares de una casa y su nombramiento era ratificado posteriormente por el obispo. En otros casos era un señor laico o un monasterio quien tenía el derecho de presentación. Estos párrocos y beneficiados fueron los protagonistas de una importante reforma que traía aparejada la creación de un nuevo clero.

Los datos de finales del siglo XVI apuntan a que solo el 3% contaba con una titulación académica. Consecuencia de ello fue, sin duda, el bajo nivel de instrucción moral de sus miembros, que se reflejaba en su vida cotidiana. De ahí que se iniciara una importante campaña que pretendió erradicar las conductas deshonestas y a dignificar la vida sacerdotal, como se comprueba en la tenaz insistencia de los decretos sinodales a lo largo de todo el Quinientos, además de la labor realizada a través de las visitas pastorales, la creación de aulas en los conventos para la formación de sacerdotes, de colegios de gran influencia como el de los jesuitas de Pamplona, o de centros universitarios como el del monasterio de Irache o el del convento de Santiago.

También hubo una revisión de la vida conventual, según ha estudiado J. Goñi Gaztambide, al mismo tiempo que se multiplicaron las nuevas fundaciones, actividad especialmente intensa entre 1580 y 1600: los dos colegios de los jesuitas en Pamplona (1580) y Tudela (1600), los conventos de carmelitas descalzas en Pamplona, Corella, Lesaca, los de carmelitas descalzos, capuchinos, agustinas recoletas, etc.

Finalmente no hay que olvidar que el 80% de la población navarra vivía de la agricultura. Por supuesto no todo el campesinado gozaba de unas mismas condiciones. En Navarra predominaba sobre todo la pequeña y mediana propiedad, cultivada por pequeños propietarios o arrendatarios –los dos tercios del conjunto de los labradores que compaginaban las labores agrícolas con la actividad artesanal, en un régimen de vida que buscaba, sobre todo, el autoabastecimiento, pues solo unos pocos podían comercializar sus excedentes.

En el sur del reino, tanto en la Ribera estellesa como en la tudelana la gran explotación tenía una mayor presencia; como consecuencia el pequeño propietario es sustituido por jornaleros, que en la merindad de Tudela representaban hasta el 84% de la población labradora.

Por otra parte, es necesario prestar atención a las profundas transformaciones que vivió la sociedad navarra como consecuencia de la aplicación de la Reforma católica. Para ello se combinaron las medidas legislativas, la acción de los tribunales civiles y eclesiásticos y la educación, bien en las escuelas de primeras letras, bien a través de una renacida y pujante enseñanza catequística.

Así se produjo una importante reforma moral en las formas de entender el matrimonio y la familia: se multiplicaron las disposiciones legislativas contra delitos-pecado como el adulterio, el amancebamiento o la “mala vida” en general o contra los matrimonios clandestinos, contra la celebración de matrimonios sin la bendición eclesiástica, etc. al mismo tiempo que se impulsaba un modelo de familia cristiana en el que padre, madre e hijos, desempeñaban un papel concreto y asumían determinados comportamientos que rompieron, en buena parte, con antiguas costumbres.

Además fueron perseguidas las prácticas supersticiosas, la brujería y la hechicería, en donde el tribunal inquisitorial de Logroño desplegó una intensa actividad; se intentó reducir el número de fiestas, pues algunas de ellas, “se celebraban más por superstición que por obligación o devoción”; se puso especial énfasis en la transformación de la religiosidad popular; se cambió la forma de entender y percibir las formas artísticas; Se atacó duramente los comportamientos violentos y hubo una especial presión contra las vengazas privadas, los asesinatos, las manifestaciones de violencia colectiva y también la violencia organizada de bandoleros y salteadores de caminos.. En definitiva, todo un proceso de “disciplinamiento social” que está aún por descubrir.

Tizón de España

Tizón de España [Manuscrito] : discurso de algunos linajes de Castilla, Aragón, Portugal y Navarra, sacados de la relación que el Cardenal Arzobispo de Burgos, Don Francisco de Mendoza y Bobadilla, dió a la Magestad de Felipe II Mendoza y Bobadilla, Francisco, 1508-1566.
MSS 000.018 s. XVIII

Real Congregación Nacional de los Hijos y Descendientes del...Reyno de Navarra

Resumen de las constituciones de la Real Congregacion Nacional de los Hijos y Descendientes del ... Reyno de Navarra, que residen en ... Madrid, consagrada a ... Sn. Fermin ... que estan aprobadas en 16 de mayo de 1684 ... Congregación de San Fermin de los Navarros. Madrid [S.l. : s.n., s.a.]
FA.Foll 000.157

Tratado de la vanidad del mundo

Diego de Estella (O.F.M.), 1524-1578, El tratado de la vanidad del mundo : con las cien meditaciones del amor de Dios /cque compuso el V.P. Fr. Diego de San Christoval conocido por el apellido de Estella su patria en el Reyno de Navarra ; dalas nuevamente á luz D. Julian de San Christoval y Eguiarreta ... con varias noticias particulares de su vida ... y el retrato del autor grabado ... ; Tomo primero. Madrid : por D. Joachin Ibarra ..., 1785.
FA 151.782

Jesusen compañiaco

Mendiburu, Sebastián, 1708-1782
Jesusen compañiaco A. Sebastian Mendiburuc euscaraz eracusten duen Jesusen Bihotzaren devocioa ..., Iruñean : Pedro Joseph Ezquerro ..., 1751.
FA 160.172

Libro de conjuros contra tempestades

Libro de conjuros contra tempestades, contra oruga y arañuela ... y contra todos qualesquier animales corrusivos que dañan viñas, panes y arboles ... aora nuevamente añadidos : sacados de missales, manuales y breviarios romanos y de la Sagrada Escritura, Céspedes, Diego de, En Pamplona : por la heredera de Carlos de Labayen, 1641.
FA 160.463


Nobiliario del Valle de la Valdorba

Nobiliario de el Valle de la Valdorba : illustrada con los escudos de armas de sus palacios, y casas nobles, con el extracto de la conquista de el Ytza en la Nueva España por el Conde de Lizarraga-Vengoa, natural del Valle ...
Elorza y Rada, Francisco de
En Pamplona : por Francisco Antonio de Neyra..., 1714.
EST 306.062


Constituciones synodales del Obispado de Pamplona

Constituciones synodales del Obispado de Pamplona
Pamplona (Diócesis). Sínodo (1590)
En Pamplona : por Thomas Porralis, 1591.
FA 133.298

 


Estado y descripción de la Santa Iglesia Cathedral de Pamplona

Estado y descripcion de la Santa Iglesia Cathedral de Pamplona de Canonigos Religiosos y Reglares de la Orden de San Agustin ... Año 1626. Iunio 18. , En Pamplona : Por Iuan de Oteyza, impressor del Reyno de Navarra, [1626] .
FA 136.165

 

 

 

Suma de la theologia moral

Jaime de Corella (O.F.M. Cap.), 1657-1699, Suma de la theologia moral : su materia, los tratados principales de los casos de conciencia, su forma, unas conferencias practicas : tercera parte ... / su autor ... Fr. Jayme de Corella ... de Capuchinos de Navarra, En Madrid : en la Imprenta de los Herederos de la Viuda de Juan García Infanzon, 1747.
FA 137.270

Actas sinceras nuevamente descubiertas de los santos Saturnino, Honesto, y Fermin

Maceda, Miguel José de (S.I.), 1744-1805 Actas sinceras nuevamente descubiertas de los santos Saturnino, Honesto, y Fermin, apóstoles de la antigua Vasconia, (hoy Navarra y sus vecindades) por las quales se pone en claro el tiempo en que floreciéron, y el Obispado de San Fermin / las da á luz, las defiende y las dirige á su patria Pamplona Miguel Joseph de Maceda PUBLICACIÓN Madrid : en la Imprenta Real, por D. Pedro Julian Pereyra..., 1798.
FA 150.456

 

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