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lunes 2 de noviembre de 2009

 


    Andrea Alciato nació en Alzate (Italia), y estudió en Milán, Pavía y Bolonia, ciudad en la que se doctoró tras haber ejercido un tiempo la abogacía. Fue profesor de derecho en Avignon y en la Universidad de Bourges, donde llegó a ser el catedrático mejor pagado de toda Europa. Allí asistieron a sus clases personajes como Calvino, Teodoro Deza o el propio rey de Francia Francisco I. El Papa Paulo III le nombró Protonotario Apostólico y en Pavía, ciudad en la que acabó residiendo hasta su muerte, fue nombrado senador por Francesco Sforza.

    Alciato es sobre todo conocido en el campo de la literatura y del arte por ser el iniciador de este género humanista de la Emblemática; sin embargo, el campo de estudio al que dedicó su vida y en el que descolló por encima de todos sus contemporáneos es el de la Jurisprudencia, disciplina en la que provocó una verdadera revolución al aplicar los métodos humanistas al estudio de las fuentes del
Derecho de su época. Su obra De Verborum significatione, de alguna manera relacionada con sus emblemas, es un buen ejemplo de estos trabajos. También modificó el sistema docente del Derecho dejando de lado la prolija exposición de los comentaristas del Digesto, como era habitual en la época.

    Los Emblemata empezaron su andadura como mera colección de adagios amplificados mediante epigramas griegos traducidos. En los Selecta epigrammata graeca, publicados en Basilea por Babelii en 1529, figuran 30 epigramas traducidos por Alciato del griego al latín, que luego aparecerán formando parte de su Emblematum Liber. Alciato, como divertimento en sus tareas de jurista, continuó escribiendo epigramas latinos de intención ejemplar y con marcado carácter visual para amplificar frases lapidarias a la manera de los comentarios de Erasmo a sus Adagia. Una colección formada por 105 de tales composiciones, que Alciato había regalado y dedicado a su amigo Conrado Pautinguer, fue publicada en Augsburgo, al parecer sin su conocimiento, por el editor Steiner en 1531 con el título de Emblematum Liber. Fue este editor quien decidió ilustrar cada una de las composiciones con un pequeño grabado, dando lugar así a la aparición de la estructura triple de lema–pictura–epigrama, que desde entonces ha venido conociéndose como emblema.

 
  Tras sucesivas ampliaciones la obra llegó a su forma definitiva en 1550, un año antes de la muerte de Alciato, en la edición lionesa de Rouille y Bonhome que, bajo el título definitivo de Emblemata, cuenta con 211 emblemas, todos ellos ilustrados. Una edición de 1600 de estos mismos editores es la número 3 de este catálogo. A partir de la muerte de Alciato empieza la época de las reimpresiones y de las grandes ediciones comentadas. Los impresores más importantes—Rouille y Tournes de Lyon, o Plantin de Amberes—compiten en ofrecer al público cuidadas ediciones con los mejores comentarios —como los de Sebastian Stockhamer, Francisco Sánchez de las Brozas, Claude Mignault o Diego López—, e ilustradas con hermosos grabados como los de Pierre Eskreich, Virgilio Solis o Bernard Salomon. Las prensas de Plantin en Amberes produjeron un buen número de ellas con grabados algo distintos de los de las lionesas, como se puede observar en el ejemplar de la de 1584 que conserva la Universidad de Navarra.

    Según recoge Henry Green en su fundamental estudio, el número de las ediciones de los Emblemata entre los siglos XVI y XVII se acerca a ciento cincuenta, lo que da una idea del éxito e influencia que tuvo la obra en toda la Europa de aquellos tiempos. En España destacan en el siglo XVII la edición comentada por el gramático extremeño Diego López, publicada en Nájera en 1615 (nº 30 ) y reeditada varias veces a lo largo del siglo (nº 31) que tuvo una relativa influencia. Ya en el siglo XVIII, cuando en el resto de Europa ha empezado a decaer el interés por la obra de Alciato, se imprimen en España varias ediciones (1733, 1735, 1749 y 1781) que demuestran su pervivencia en nuestro país. A este grupo pertenecen las número 4 y 5 del catálogo.



Bibliografía:

  1. •Andrea Alciato, Los emblemas de Alciato traducidos en rimas españolas (Lyon 1549), edición y estudio de Rafael Zafra, Barcelona, José J. de Olañeta y Ediciones UIB, 2003.

  2. •Zafra, Rafael, «Emblema? Imago auctoritatis», en Arellano, Ignacio, Strosetzki, Christoph, y Edwin Williamson (eds.), Autoridad y poder en el Siglo de Oro, Madrid / Frankfurt, Iberoamericana / Vervuert, 2009, pp. 285-292


Enlaces:

  1. •Página web del proyecto Alciato at Glasgow de la Universidad de Glasgow, con las mejores ediciones de los emblemas de Alciato.

  2. •Edición digital Alciato's Book of Emblems, The Memorial Web Edition de la Memorial University of Newfoundland (Canada)

 

Andrea Alciato (1492-1550)

 
 

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