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viernes 30 de octubre de 2009

 


    Nieto del arquitecto Alonso de Covarrubias, Juan de Horozco y Covarrubias forma parte, por su nacimiento y educación, del más selecto grupo toledano del siglo XVI. En 1589 vieron la luz en la imprenta segoviana de Juan de la Cuesta sus Emblemas Morales, primer libro de emblemas impreso en España, dedicado a su tío Diego de Covarrubias y Leiva, uno de los más sabios teólogos y humanistas del momento que desempeñó cargos eclesiásticos y políticos de relevancia. De su éxito inmediato dan fe dos nuevas ediciones en Segovia y Zaragoza en 1591 y 1603-4 respectivamente, así como la traducción al latín que llevó a cabo el propio autor en 1601 en Agrigento. Un ejemplar de la edición aragonesa se conserva en el Fondo Antiguo de la Universidad de Navarra.

    Tal y como indica el título, Los Emblemas Morales tienen una finalidad moral, por cuanto tratan de consejos y advertencias con pretensiones didácticas, todo ello encaminado a la salvación de las almas. Alimenta el pensamiento de Horozco un neoestoicismo muy marcado reconocible en multitud de citas a Séneca, que predica la “virtus” como bien verdadero y recomienda al hombre paciencia ante la adversidad, templanza en los placeres e indiferencia hacia los bienes terrenos. Más erudito que creador, trabaja con un material de origen diverso, de manera que su obra asemeja mucho a una miscelánea o florilegio muy útil para predicadores, con el estímulo de la imagen visual y una rica representación de lugares de la Sagrada Escritura, patrística, filósofos, poetas y autores clásicos y modernos. El uso del idioma castellano viene justificado según su autor “por estar nuestra lengua tan extendida en el mundo que ya viene a ser tan general como la Latina, y aun a algunos les parece que más o lo será muy presto”; ello no le impide redactar la mayor parte de los motes de sus emblemas en latín, aunque también es posible encontrarlos en griego y en español.

   
Los Emblemas Morales constan de dos partes, distribuidas en tres libros. El libro I carece de grabados –a excepción del dedicado a su tío Diego que encabeza la obra-, y sus 35 capítulos constituyen el primer y más importante tratado de preceptiva emblemática publicado en España, en el que Horozco explica, con claridad y método, las distintas categorías que conforman la denominada literatura emblemática, tratando de establecer unas fronteras significativas suficientemente nítidas entre ellas; se esfuerza también por definir las reglas básicas en la formación de emblemas y empresas, haciendo hincapié en las similitudes y diferencias que existen entre ambos. A través de sus páginas el autor demuestra su profundo conocimiento de los tratadistas renacentistas italianos y franceses, en especial de Paolo Giovio, en quien encuentra su principal fuente de inspiración para este apartado.
    Los dos libros restantes contienen cincuenta emblemas cada uno, en cuya disposición no se advierte ninguna estructura concreta que vaya más allá de los emblemas que sirven de apertura y epílogo en ambos. Cada emblema
, que se ajusta a la estructura del “emblema triplex”, ocupa la cara de un folio y queda enmarcado por un elegante frontispicio arquitectónico en el que parece apreciarse la influencia de Serlio. En la parte superior se dispone la pictura; el mote, al que Horozco considera el “alma del emblema”, se coloca casi siempre en una filacteria dentro de la imagen, si bien en ocasiones se encuentra ausente; por último, en la parte inferior queda la suscriptio, que adopta la forma de verso, por lo general una octava real y en menor medida un soneto, mediante los cuales Horozco expresa la lección moral que debe extraerse del conjunto, prestando escasa atención a la descripción de la figura. Sigue a estos componentes una declaración en prosa de carácter exegético y homilético que por espacio de folio y medio abunda en la moralidad, acompañado de un amplio aparato erudito que discurre por sus márgenes.
  
A través de sus páginas y desde la visión de un mundo que tiene conciencia de crisis, Juan de Horozco se manifiesta como un moralista de pensamiento claro y coherente, cristiano neoestoico y correcto poeta, logrando uno de los mejores libros de la emblemática española. No le irá a la zaga su hermano Sebastián de Covarrubias, quien en 1610 dio a las prensas madrileñas un libro de emblemas morales en el que imita en determinados aspectos el tratado de Juan, como el modo de presentación de los emblemas en elegantes marcos, o su explicación en la misma página por una octava real; pero es más abundante en el número de emblemas –trescientos distribuidos en tres centurias- y más breve en las explicaciones en prosa.


Bibliografía:

  1. •Bouzy, Ch., “Neoiestoicismo y senequismo en los Emblemas Morales de Juan de Horozco”, Emblemata Aurea. La emblemática en el arte y la literatura del Siglo de Oro (eds. Rafael Zafra y José Javier Azanza), Madrid, Ediciones Akal, 2000, pp. 69-78.

  2. •Bouzy, Ch., “La poétique de l’embleme au siècle d’Or: Juan de Horozco, théoricien du symbole”, Hommage des Hispanistes Français à Henry Bonneville, Poitiers, Société des Hispanistes Français de l’Enseignement Supérieur, 1996, pp. 75-110.

  3. •Canosa Hermida, B., “Notas sobre la preceptiva del género emblemático en los libros de emblemas españoles”, Estudios sobre Literatura Emblemática Española (ed. Sagrario López Poza), El Ferrol, Sociedad de Cultura Valle Inclán, 2000, pp. 31-63.

  4. •García Román, C., “Análisis y clasificación tipológica de los motes de los Emblemas Morales de Horozco y de las Empresas Sacras de Núñez de Cepeda”, Estudios sobre Literatura Emblemática Española (ed. Sagrario López Poza), El Ferrol, Sociedad de Cultura Valle Inclán, 2000, pp. 81-153.

  5. •Gállego, J., “Los Emblemas Morales de don Juan de Orozco”, Cuadernos de Arte e Iconografía, Tomo I.2, 1988, pp. 159-164.

  6. •Hernández Miñano. J. de D., “Los Emblemas Morales de Juan de Horozco”, Norba-Arte, nº 8, 1988, pp. 97-114.

  7. •López Poza, S., “El epigrama en la literatura emblemática española”, Analecta Malacitana, XXII, 1, 1999, pp. 27-55.

  8. •Revilla, F., “Los Emblemas de Juan de Horozco: un ejemplo de moderación”, Las dimensiones del arte emblemático (ed. Bárbara Skinfill Nogal y Eloy Gómez Bravo), México, El Colegio de Michoacán y Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2002, pp. 305-317.


Enlaces:

  1. •Edición digital de los Emblemas Morales, 1604 en Gallica

 

Horozco y Covarrubias, Juan de

 
 

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